Barcelona

Maragall y Mascarell preparan una OPA hostil a Navarro

Pere Navarro, pensativo en su escaño en el Parlament
Pere Navarro, pensativo en su escaño en el Parlamentlarazon

Hasta el momento no han tenido demasiado éxito en sus acciones contra el PSC, pero no cejan en su empeño de lanzar una OPA –sin lugar a dudas, hostil– contra Pere Navarro. Además de los conflictos con la corriente Avancem, algunos de los otrora líderes del PSC están moviendo pieza para aprovechar las contradicciones en las que vive el socialismo catalán y la debilidad de la ejecutiva dirigida por Navarro.

Ernest Maragall abandonó el PSC fundando Nova Esquerra Catalana. El nuevo partido no ha tenido, ni de largo, un ascenso fulgurante ni tiene protagonismo alguno en la política catalana. Sin embargo, Maragall sigue activo y trata de aprovechar sus escasas influencias en las filas del PSC para hacer valer su visión nacionalista.

Antes de abandonar el partido, Maragall constituyó una plataforma y mantuvo contactos con militantes socialistas. Ahora, quiere sacarles rédito. De momento, está acechando sobre las agrupaciones socialistas con mayores contradicciones –se encuentran situados en un entorno de marcado carácter nacionalista– y más débiles, orgánicamente. El Berguedà, Bages, Osona y Girona son objetivo prioritario de esta OPA al PSC.

En Berga lo ha conseguido. El grupo municipal socialista ha abandonado el PSC. Son cuatro los regidores. Uno de ellos es militante socialista; los otros tres, independendientes. Formarán un grupo municipal ajeno a los socialistas. Uno de ellos renunciará al acta disconforme con la decisión. Será sustituido, pero el nuevo grupo tendrá cuatro regidores. El concejal entrante se unirá a ellos.

Maragall, en su etapa de conseller de Educación, había fichado de asesor a Daniel Bullic, que en las últimas municipales fue el «alma mater» de la candidatura de Berga. El PSC se presentó con una lista plagada de independientes. Bullic salió elegido concejal, pero después de las elecciones autonómicas dejó el Ayuntamiento y se incorporó como asesor a la conselleria de Cultura, la dirigida por Ferran Mascarell. Era otro más de los asesores –Xavier Vidal, el número dos de Nova Esquerra Catalana incluido– que habiendo estado con Maragall en Educación pasaron a engrosar el equipo de Mascarell.

Triunfos relativos

Bullic llevaba tiempo planeando la salida. Primero intentó controlar la ejecutiva comarcal. No lo consiguió. Perdió las votaciones en la elección de delegados al congreso que eligió a Pere Navarro y hace unas semanas sus partidarios fracasaron en un intento de censura a la ejecutiva comarcal. Ante los diferentes tropezones, Bullic ha optado por el brochazo y sus partidarios han abandonado el PSC en un momento en que el debate soberanista está muy abierto en la formación. Seguramente no serán los únicos. Fuentes socialistas calculan que unos once militantes pueden abandonar el partido. El malestar es evidente. «Lo han hecho con el objetivo de hacer el mayor daño posible», explican.

Sin embargo, hasta ahora los triunfos para debilitar al PSC son relativos. Además de las cuatro bajas de Berga, se pueden producir algunas bajas en Osona. Ernest Maragall también intentó atraer para sí al ex conseller de Trabajo y ex alcalde de Manresa, Jordi Valls. No lo consiguió, y las relaciones se agriaron tanto que Valls presentó la dimisión de la Fundación Catalunya-Europa, presidida por Pasqual Maragall y que cuenta como patronos con Ernest Maragall y Ferran Mascarell.

Bullic se ha convertido en un nexo de unión entre Maragall y Mascarell. Sin embargo, no está claro que sus estrategias entre los dos ex conseller del tripartito sean coincidentes, pero pueden llegar a serlo en un intento para querer salir ambos reforzados.

Mascarell impulsó una plataforma de apoyo a Mas en las últimas elecciones. La convocatoria electoral truncó sus planes, autorizados por el propio presidente de Convergència, para constituir un partido socialista de obediencia nacionalista. Se tuvo que conformar con la plataforma pero hoy está desempolvando la idea con la vista puesta en Barcelona. No ser designado para dirigir la lista socialista en las últimas elecciones le llevó a abandonar el partido y entrar de consejero en el gobierno de Artur Mas. Hoy, el alcalde Trias dice que se quiere presentar aunque los movimientos en CiU son evidentes. Mascarell no quiere quedarse al margen y ha recuperado su idea. Quizás en este camino, Mascarell y Maragall pueden aunar fuerzas.

También en los últimos días se han producido bajas en el PSC del Ripollès. Núria López, ex alcadesa de Capdevanol, y el alcalde de Sant Joan de les Abadesses, Ramón Roqué, encabezan las bajas de un grupo de militantes socialistas que en el último congreso fueron el referente de la plataforma Congrés des de baix. Algunas fuentes socialistas apuntan a Montserrat Tura de estar detrás de este movimiento. La ex consellera ha manifestado a LA RAZÓN que «no tienen nada que ver conmigo. Se me acusa de muchas cosas en las que no participo». Sin embargo, Tura cada día está más alejada de la dirección de Pere Navarro. En las últimas autonómicas, ERC le ofreció un lugar en las listas que la ex conseller de Justicia declinó. Desde fuentes de la dirección no descarta que Tura haga «movimientos» de cara a futuras convocatorias electorales. Ella, de momento, guarda silencio.

Además de estos ataques externos, Pere Navarro mantiene un pulso interno con el grupo Avancem y tiene delante un complejo sudoku para designar un candidato socialista para la ciudad de Barcelona, clave a la hora de realizar la estrategia para el conjunto de Cataluña. La decisión es delicada teniendo en cuenta que, en las encuestas, el PSC sigue en caída libre por la pérdida de confianza de su electorado tradicional, ciertamente mareado por los vaivenes de un Navarro que no para de abrirse frentes con el PSOE. El último, la petición de la supresión de concierto vasco que ha airado a los socialistas vascos –ayer mismo el secretario general del PSE-EE de Vizcaya, José Antonio Pastor, replicó que «los problemas de Cataluña son de Cataluña y se resuelven en Cataluña, y nunca a costa de Euskadi»–, ha cabreado en Ferraz y ha desamordazado a Fernández Vara, el secretario general extremeño, que ha pedido la ruptura con los socialistas catalanes.