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Mas cede a Òmnium y la ANC la lista soberanista

Se ofrece a no encabezar una candidatura para frenar el paso a la izquierda

Artur Ma, a su llegada al acto donde ha esbozado algunos de sus próximos pasos y proyectos de cara a las elecciones catalanas del 27 de septiembre
Artur Ma, a su llegada al acto donde ha esbozado algunos de sus próximos pasos y proyectos de cara a las elecciones catalanas del 27 de septiembrelarazon

Volvió a hacerlo. Artur Mas recurrió ayer una vez más a las trilladas metáforas marineras que tanto le gusta utilizar en los discursos que considera importantes. Quería oficializar el arranque de la campaña electoral del 27-S. Y lo quería hacer presentando la famosa «llista del president». Se había especulado incluso que la podría cerrar simbólicamente Pep Guardiola. Pero como suele pasar con los actos que la maquinaria propagandística de CDC anuncia a bombo y platillo, Mas no cumplió con las expectativas. No presentó ninguna lista, sino que trasladó a la llamada «sociedad civil soberanista»,–a entidades como la ANC, Òmnium Cultural o la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), que han estado detrás de las últimas movilizaciones del 11 de Setembre– la responsabilidad de configurar una candidatura unitaria que aglutine a cuantos más independentistas mejor.

«Les invito a que trabajen por la máxima unidad posible entre soberanistas. Pueden contar con CDC y a mí que me asignen el papel que quieran», anunció. Mas se ofreció a no encabezar la candidatura, igual que hizo en la conferencia del 25 de noviembre, poco después de celebrar la famosa consulta, cuando planteó por primera vez la lista unitaria, rebautizada como «la llista del president».

Entonces, la propuesta no solo no sedujo a nadie, sino que dividió al espectro soberanista. Oriol Junqueras rechazó sumarse a la candidatura unitaria de Mas que entendió como un intento de los nacionalistas de noquear a ERC, a quien los sondeos por primera vez la situaban como vencedora en unas eventuales autonómicas. El propio Mas recordó en su discurso que tuvieron que intervenir la ANC, Òmnium y la AMI para que la hoja de ruta hacia la independencia no quedara en papel mojado. Tras un tira y afloja, lograron que Mas y Junqueras llegaran a un acuerdo para convocar unas elecciones en clave plebiscitaria el 27-S.

Ahora vuelve a pedir ayuda a la sociedad civil para reactivar «el turbo de la ilusión soberanista», que según advirtió, «ha bajado de revoluciones». Dicho en lenguaje marinero, lo que pretende es que «el impulso de la gente sea el viento tranquilo de popa que nos debe llevar hasta Ítaca –la independencia en el imaginario catalán–». Aunque ningún líder de la ANC, Òmnium o la AMI estaba en el teatro Foment de Molins de Rei, municipio del área metropolitana de Barcelona que sigue resistiéndose a la independencia, que Mas eligió para presentar el primer acto de la campaña «Benvinguts al futur».

Mas que insistió hasta en cinco ocasiones que la candidatura que plantea ahora no es la lista del president sino la lista con el president, exhibió la ruptura con Unió para demostrar que su apuesta por la independencia «va en serio». Ante el temor de que la maniobra de Ada Colau se repita el 27-S, alertó de que los del «sí se puede» no obtendrán la justicia social si no tienen el instrumento de la independencia.