Elecciones catalanas

Mas ordena poner sordina a las discrepancias entre Unió y CDC

Duran Lleida, Pujol y Mas, en una de las reuniones del comité ejecutivo nacional de la federación de CiU
Duran Lleida, Pujol y Mas, en una de las reuniones del comité ejecutivo nacional de la federación de CiUlarazon

Es difícil, por no decir imposible, que las discrepancias surgidas entre Unió y Convergència a cuenta del proceso soberanista desaparezcan, pero al menos se pueden disimular. Harto de ver el cruce de declaraciones entre dirigentes de uno y otro partido en los últimos días, Artur Mas pidió ayer a ambas partes que pongan sordina a su conflicto y se ciñan al «guión establecido», es decir, defender el rumbo a la consulta, así como el pacto con ERC. El presidente de la Generalitat, en una conversación informal con periodistas en el Parlament, negó que existan grandes diferencias con Josep Antoni Duran Lleida, a pesar de que el consejo nacional de Convergència criticó explícitamente al líder de Unió por sembrar dudas en torno a la consuta.

Mas y Duran mantuvieron una conversación en el día de ayer para analizar la escalada de tensión que se ha producido entre Unió y Convergència, la cual llegó a provocar que destacados dirigentes del partido socialcristiano sugirieran a su líder abandonar la secretaría general de CiU por la deslealtad de los convergentes. Pero la sangre no llegará al río, al menos de momento.

Duran le confirmó a Mas que no tiene la intención de abandonar su puesto como número dos de CiU, lo cual no significa que vaya a renunciar a sus planteamientos, en especial, el referente a no acelerar innecesariamente la consulta, ya que el líder de Unió contempla posponer su convocatoria.

El presidente de la Generalitat, consciente de que hay molestias en Unió y en Convergència realizó una ronda de contactos entre los principales dirigentes de ambos partidos para «no insistir en este serial», ya que «las desaveniencias no hacen ningún favor a nadie». «Somos la principal fuertza vertebradora del país y estamos en un momento muy delicado», subrayó Mas en un intento para que CiU no continúe debilitándose.

Así las cosas, es de prever que el conflicto entre Unió y Convergència quede soterrado temporalmente después de que Mas manifestara su «confianza total» en Duran como secretario general de CiU. La buena relación entre ambos es, hoy por hoy, la mejor garantía de un futuro compartido en este momento, pero el avance del proceso soberanista amenaza con hacer descarrilar el proyecto de la federación nacionalista.

Mas es clave en este momento para que Convergència i Unió no vuele por los aires. En Unió se abre paso con cada vez más fuerza el interés por marcar perfil propio y en Convergència predominan las reticencias con un socio que, en realidad, querría dialogar a fondo con el Gobierno de Mariano Rajoy y no buscar la permanente confrontación, tal y como promueven sectores de CDC.

De momento, Mas se consuela recordando, una y otra vez, que los socios de CiU no se han dividido ni en un sola votación relacionada con el proceso soberanista.