Musicales de resistencia

- El musical tiene un aura fatal que lo relaciona con la magnanimidad, la megalomanía y el exceso. Millones de bailarines, miles de músicos, centenares de actores, grandes decorados, vestuarios deslumbrantes, puestas en escena millonarias, efectos de espanto, todo eso y más, basado en los grandes éxitos de Broadway y el West End como «Cats», «Les Miserables» o «Chicago». Sin embargo, un musical es por definición una obra de teatro en la que se canta, nada más. El resto es superfluo, y en tiempos de crisis, ya se sabe, lo superfluo sobra.

Vacío existencial

Barcelona ha perdido esta temporada las grandes producciones musicales. La razón principal es que ya costaba mucho que fueran rentables cuando no había crisis y el IVA no era del 21 por ciento, con lo que ahora sería un suicidio atreverse a algo así. Las productoras han dado la espalda a la ciudad, pero eso ha hecho que las compañías independientes, enamoradas del musical, hayan dado un paso adelante, decidido convertir las limitaciones en virtud, y situar en los teatros musicales de pequeño formato para que los aficionados al género no se sientan tan abandonados. En estas fechas navideñas, una media docena de espectáculos se amontonan en la cartelera y eso sin contar con las que están dedicadas más al público infantil.

De este grupo destaca «The sorcerer's pub», clásica opereta de Gilbert y Sullivan que la joven compañía Sursum Teatre ha modernizado en una versión electrizante en el Versus Teatre. «Somos musicales de resistencia. Al ser de pequeño formato, podemos controlar mejor el resultado. Nuestra vocación no es hacer musicales grandes, sino hacerlos buenos», asegura Cristina Cordero, directora del espectáculo y alma mater del mismo.

La oferta, a partir de aquí, es variadísima. El Teatre del Raval ofrece estos días «Conte de Nadal», el clásico de Dickens, pero en formato musical, con un Scroodge como pocas veces se ha visto antes. El Almeria Teatre, con la participación de ex «Operación Triunfo» como Víctor Estévez y Elena Gadel, programa «Over de moon», un musical con canciones de Jonathan Larson, autor de «Rent» y «Tick Tick Boom» que habla sobre perseguir con pasión los propios sueños. «El problema no es que no haya grandes musicales, el problema es que no hay público para el medio formato, lo que limita las posibilidades de los creadores», señala Cordero.

Y si ya se han visto estos musicales, la alternativa está en el espectáculo hip hop de Brodas Bros en el Mercat de les Flors.