Viajes

Nochevieja proyecta Barcelona al mundo

La capital catalana se consolida como destino turístico de Fin de Año gracias a su oferta cultural y cuelga el cartel de completo con una ocupación hotelera superior al 95% como si fuera el fin de semana de un mes de agosto

Las cuatro columnas de Puig i Cadafalch se convirtieron en un reloj virtual desde el que se pudo seguir las campanadas
Las cuatro columnas de Puig i Cadafalch se convirtieron en un reloj virtual desde el que se pudo seguir las campanadaslarazon

La capital catalana se consolida como destino turístico de Fin de Año gracias a su oferta cultural y cuelga el cartel de completo con una ocupación hotelera superior al 95% como si fuera el fin de semana de un mes de agosto

Si la capital catalana quería colarse en el «top-ten» de los destinos turísticos preferidos para Fin de Año debía replantearse su programa cultural. La espontánea fiesta que tiempo atrás improvisaban turistas y locales en la plaza de Cataluña dejaba el centro Barcelonés regado de basura y con una imagen muy alejada de una ciudad con proyección internacional. Tras varias Nocheviejas sin éxito de convocatoria, en 2012 el Ayuntamiento decidió reinventar un festejo que sólo conseguía reunir a unos cuantos extranjeros.

Se optó por montar un gran espectáculo en frente a las fuentes mágicas de Montjuïc y contratar a la compañía teatral la Fura dels Baus para organizar un tinglado con suficiente entidad para aparecer en los telediarios del mundo. Desde entonces, Nochevieja en Barcelona empezó a apetecer y a colarse en el mapa de las celebraciones de Fin de Año.

La despedida del 2015 sirvió para consolidar esta tendencia. Más de 75.000 personas celebraron la llegada del 2016 en el entorno de la Fuente Mágica, aunque en esta ocasión el Ser del Mileni no apareció. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quiso prescindir de él y diseñar un nuevo espectáculo que diera protagonismo a la música en directo , combinada con fuegos artificiales, agua y luz. Todo ello proyectado sobre las cuatro columnas de Puig i Cadafalch, que se usaron para marcar los cuartos antes del emocionante momento de medianoche.

La idea del Consistorio era conseguir un espectáculo más cercano que atrajese a los vecinos. Pero no tuvo mucho éxito. Los que dieron la bienvenida al 2016 frente a la plaza de España eran en su mayoría turistas que, eso sí, llenaron hoteles y apartamentos como si de un agosto se tratase.

A pesar de la afluencia de gente, el acto se desarrolló sin incidentes graves. Según informó ayer Emergencias de Cataluña, se recibieron un total de 2.861 llamadas, la mayoría por «incivismo y para pedir asistencia sanitaria». Además para que Barcelona tuviera la Nochevieja en paz se desplegaron 230 agentes de policía más que en 2014, dado el nivel de alerta que vive toda Europa –en España está a nivel cuatro de un máximo de cinco–, tras la oleada de atentados terroristas.

El clima de inseguridad, no obstante, no se percibió en el Año Nuevo barcelonés. Según el gremio hotelero, la capital catalana registró en la noche del 31 de diciembre un 95 por ciento de ocupación. Además, que el Fin de Año cayese en jueves propicio que las estancias se alarguen y que el lleno absoluto se mantenga también el fin de semana. A ello han ayudado las buenas temperaturas, que han supuesto que algunos turistas hayan desistido de ir a la montaña.

Tres años de buenas cifras han servido para constatar que el espectáculo de la plaza de España es el responsable de que Barcelona se haya convertido en un destino turístico preferente en Nochevieja. De hecho, la plataforma Airbnb sitúa la ciudad entre los cinco destinos más populares para estas fechas. Nueva York es el destino más demandado en la plataforma para el día 31, por delante de París , Londres y Sidney. Completan el top 10 Berlín , Tokio, Amsterdam, Roma y Miami. Los europeos –concretamente franceses, ingleses y nórdicos– han sido los turistas que mayoritariamente han escogido la Ciudad Condal para el cambio de año.

Desde la Asociación de Apartamentos Turísticos avisan que aunque «la ciudad estará a tope no se colapsará como en verano cuando se satura por los que se alojan en hoteles de la costa».