Omella oficializa el nombramiento de sus nuevos obispos auxiliares

La basílica de la Sagrada Familia acogió ayer la ceremonia para nombrar como nuevos obispos auxiliares de Barcelona a Sergi Gordo y Toni Vadell. Todo fue oficiado por el cardenal arzobispo de la capital catalana, Juan José Omella.

Los nombramientos tuvieron lugar en junio, pero se hicieron oficiales ayer, en un acto que contó con la presencia del vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Oriol Junqueras.

Gordo es cura de Barcelona y hasta ahora era el secretario general del Arzobispado, mientras que Vadell es capellán de Mallorca y Vicario Episcopal para la Evangelización. Dos curas jóvenes pero con experiencia en responsabilidades diocesanas y cercanos a la gente.

Sorpresa

La sorpresa fue la elección de un cura de Mallorca. Después de un obispo auxiliar de Menorca, Sebastià Taltavull, y de un arzobispo cardenal de la Franja, Juan José Omella –y de varios nombramientos de obispos valencianos al resto de diócesis catalanas– Vadell no entraba en los nombres que habían circulado como a posibles obispos en Cataluña. Sin embargo, Vadell forma parte del clero balear que participa en los organismos pastorales que comparten Cataluña y Baleares, en su caso en el Secretariado Interdiocesano de Catequesis de Cataluña y las Islas Baleares.

El nombramiento llegó, en junio, justo una semana antes de que el arzobispo cardenal Omella, recibiera el birrete cardenalicio en Roma. Con estos nombramientos se dibujó su nuevo equipo de gobierno. Omella remarcó el perfil «franciscano» de los nuevos obispos. A su juicio, siguen el criterio que reclama el Papa Francisco, pastores, personas de comunión y «hombres con salida, que abren las manos para abrazar a los demás, sean o no cristianos». Y son obispos «que trabajan por el bien común». Según el arzobispo, «los obispos que tenemos aquí y los ahora vienen tienen este perfil».

Junto al arzobispo Omella ahora habrá tres auxiliares. Gordo y Vadell, se suman a la tarea de Sebastià Taltavull, obispo auxiliar que continuará compartiendo la dedicación con la de administrador apostólico de Mallorca, en espera de una solución definitiva para la capital balear. Omella explicó que esta situación es la que le llevó a pedir el Papa Francisco el nombramiento de dos obispos auxiliares para Barcelona, que ahora ya son una realidad.