Sanidad

Perder el miedo a donar para dar vida

En el Día del Donante, Cataluña recuerda que 1.400 pacientes están en lista de espera para recibir un órgano

El historial médico incorporará una declaración del paciente para hacerse donante
El historial médico incorporará una declaración del paciente para hacerse donantelarazon

La historia de Katia es de esas que te reconcilian con la vida. De las que confirman que la gente es solidaria y buena por naturaleza o, simplemente, cuando les das un buen motivo. Es la historia de una donante altruista, que decidió enfrentarse al miedo y regalar vida a una niña de tan sólo dos meses que necesitaba un riñón para sobrevivir. Su sobrina política Alexandra nació con una enfermedad biliar que los médicos no consiguieron curar a pesar de tratamientos y operaciones. La única salida era un trasplante y de forma rápida.

Como era de esperar, la maquinaria de la gran institución que es la familia empezó a funcionar a todo gas para conseguirle un riñón. Después de que las pruebas descartasen a su madre por tener un órgano incompatible con el de la niña por su morfología, Katia sabía que había llegado el momento de poner su granito de arena, puesto que era la única con el mismo grupo sanguíneo que la pequeña. El examen constató que uno de sus riñones podría ser aceptado por Alexandra y, tras consultárselo a su marido y reflexionar al respecto, decidió someterse a la operación. «Tenía cierto miedo, es normal tengo dos hijos, pero confiaba tanto en el equipo médico del Vall d’Hebron que el proceso se hizo mucho más llevadero», asegura Katia.

Ya hace un año del trasplante y esta mujer solidaria quiso relatar esta historia con final feliz con motivo del Día Del Donante, para eliminar miedos y mitos infundados, para demostrar que quien regala vida no pierde nada, al contrario, puede ayudar a salvarlas. «Lo que más recuerdo es el hecho de pensar que esa niña de tan sólo dos meses y cinco kilos de peso no sobreviviría. Es lo que me llevó a dar el paso», relata.

Aunque fueron meses duros, «de un gran desgaste físico y psíquico», este caso dista mucho de los que tienen que decidir sobre la donación de un ser querido que ha fallecido. Tal y como explicó la coordinadora de trasplantes del Hospital Josep Trueta de Girona, Núria Masnou, «hay que saber ponerse siempre en el lugar del otro y respetar todas las decisiones, porque no es lo mismo perder a un padre, que a una pareja o a un hijo». La doctora aseguró que hablar con las familias «es el momento más íntimo y difícil» para los sanitarios de todo el proceso y atribuyó el hecho de que una de cada cinco personas se nieguen a ceder los órganos de sus allegados «al miedo y al dolor que sienten en ese momento», lo que «les incapacita para decidir con claridad». En este sentido,quiso recordar que es importante que la ciudadanía comunique entre su ambiente la decisión de ser donante en vida porque, aunque son los familiares los que toman la decisión en el último momento, conocer la voluntad del fallecido «facilita mucho el proceso». Para reforzar esta idea, el departamento de Salud ha comunicado que próximamente el historial médico incorporará una declaración personal del paciente en la que éste podrá declararse como donante de órganos, una medida con la que la Organización Catalana de Trasplantes también espera aumentar el número de donaciones.

Un récord insuficiente

Porque, si bien es cierto que Cataluña batió el récord en este tipo de operaciones, con 908 intervenciones, un 7,2 por ciento más que el año anterior, los datos confirman que sigue siendo insuficiente. Más de 1.400 pacientes catalanes están en lista de espera para recibir un órgano –1.117 de ellos de riñón, 170 de hígado, 62 de pulmón y 10 de páncreas–, por lo que se pondrán en marcha varias actividades para potenciar la solidaridaridad de la ciudadanía. Entre ellas, una campaña de comunicación en las redes sociales con el objetivo de llegar a grandes colectivos.

En el Día del Donante, el periodista Víctor Puig puntualizó que es importante estar en las comunidades virtuales porque «allí se encuentran tanto donantes como receptores, porque somos solidarios si conocemos la necesidad, porque en la red llegamos más lejos que sólos y porque hacen falta testimonios válidos y positivos que trasladen a la sociedad los beneficios de este gesto altruísta». Testimonios como los de Katia que despierten conciencias.