Barcelona

Puigdemont acusa al Estado de renunciar a invertir en Cataluña

El president de la Generalitat pone como ejemplo la L9 para denunciar la falta de inversiones del Gobierno. Albiol se levanta y abandona el acto inaugural a mitad del discurso del president

El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, participó en el acto de inauguración de la L9 de metro junto a Puigdemont
El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, participó en el acto de inauguración de la L9 de metro junto a Puigdemontlarazon

El president de la Generalitat pone como ejemplo la L9 para denunciar la falta de inversiones del Gobierno. Albiol se levanta y abandona el acto inaugural a mitad del discurso del president

«Cuando era estudiante, no había otra manera de llegar aquí. O venías caminando, o no llegabas», contó ayer la alcaldesa socialista de L’Hospitalet de Llobregat, Nuria Marín, en el discurso inaugural de la L9 Sur de metro, en la estación de Fira-Barcelona. Ahora tiene 52 años y su relato muestra el progreso que ha experimentado Barcelona y su área metropolitana. La nueva línea de metro pasa a ser un nuevo puntal para mantener la ciudad en el escaparate mundial. Una infraestructura moderna que por 4,5 euros el trayecto unirá el aeropuerto de El Prat con la parada de la Zona Universitaria, donde puede cogerse la L3. Además de dar la bienvenida a la capital catalana con paradas diseñadas por grandes de la arquitectura como Toyo Ito o Carme Pinós, la L9 cimienta el proyecto metropolitano.

«Más allá de la conexión con el aeropuerto, este nuevo tramo facilita la movilidad entre el área metropolitana y la capital, lo que se traduce en más oportunidades para quien busque trabajo», confirmó el alcalde de El Prat, LluísTejedor.

Aunque ayer era «un día de alegría», tal y como describió el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y de que el trayecto inaugural que hicieron las autoridades transcurrió con aparente cordialidad, cuando llegó la hora de los discursos todos desenfundaron sus armas. El más contundente fue Puigdemont. Tras las últimas incidencias en Cercanías no se mordió la lengua y aprovechó los micrófonos para reprochar al Gobierno que «ha dimitido de la movilidad de Cataluña». «Si no nos hacemos nosotros las infraestructuras, no nos las hacen», zanjó. Puigdemont tiró de cifras para vestir con argumentos su acusación. Dijo que el Gobierno ha reducido su aportación para financiar el transporte público de 150 a 45 millones.

Su agrio discurso en lo que debía ser «un día de alegría»,molestó al popular Xavier García Albiol, que abandonó el acto. El secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, que aguantó el chaparrón, eludió la réplica. La gran ausente del acto fue la ministra de Fomento Ana Pastor que inicialmente no había sido invitada. Este desliz extraña, sobre todo, porque en la anterior legislatura, Pastor y el conseller Santi Vila lograron capear el temporal soberanista, hasta el punto de que el Ministerio de Fomento y la conselleria de Territorio y Sostenibilidad era uno de los pocos, por no decir el único puente de diálogo que seguía en pie entre la Moncloa y la Generalitat.

La relación entre Pastor y Vila era tan buena que el conseller invitó a la ministra a su boda. Un enlace que ofició el entonces alcalde de Girona, Carles Puigdemont. El relevo en Territorio, Vila por Josep Rull, parece haber quebrado este vínculo.

Además de Gómez-Pomar, Puigdemont y los alcaldes de L’Hospitalet y El Prat, también se subieron al primer viaje en Metro al aeropuerto el vicepresidente, Oriol Junqueras; el conseller de Territorio, Josep Rull, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que atendió a unos 80 trabajadores del metro que han convocado huelga durante el Mobile World Congress para reclamar mejoras salariales.

Los tres alcaldes también aprovecharon para exigir a Fomento que ponga solución al caos de Cercanías. Protocolo de la Generalitat jugó bien sus cartas y colocó a Artur Mas en todas las fotos oficiales, una imagen comentada, porque también habían ex consellers que quedaron en un segundo plano.

El secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, se mostró comedido y tachó a la Generalitat de «falta de lealtad institucional» por cómo se gestionó la invitación al acto del Ministerio de Fomento. Si bien, la tensión alcanzó su nivel más elevado cuando el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, recriminó al Gobierno falta de inversión en materia de infraestructuras. El jefe del Ejecutivo Catalán hizo referencia a una «desconexión repentina» del Estado con respecto a la financiación del transporte público, con una reducción de la inversión en un 40%. Esta reprimenda de Puigdemont molestó al líder del grupo parlamentario del PP catalán, Xavier García Albiol, que se levantó de su asiento y abandonó el acto. Posteriormente, en su cuenta de Twitter dio explicaciones: «Me acabo de levantar del acto de inauguración de la L9 por las mentiras del President contra el Gobierno».