Barcelona

Puigdemont expresa su deseo de una Cataluña sin «Ejército convencional»

Los asesores del Govern contemplan militarizar unidades de Mossos o crear una Guardia Nacional

Puigdemont visitó ayer las obras de remodelación del parque de bomberos voluntarios de Alp
Puigdemont visitó ayer las obras de remodelación del parque de bomberos voluntarios de Alplarazon

El libro blanco de la transición nacional editado por la Generalitat no aclara si la hipotética Cataluña independiente debería tener o no Ejército, pero el president Carles Puigdemont es partidario de que no lo tenga. «El nuevo Estado catalán necesitará tener una política de defensa nacional pero no pasa necesariamente por tener un Ejército convencional», afirmó en una entrevista conducida por menores en BTV.

Los asesores de la Generalitat consideran que es una ventaja crear un modelo completamente nuevo, ya que significa tanto como ahorrarse la modificación cuantitativa y cualitativa de sus ejércitos en un momento en que ya no se necesitan tropas para defender las fronteras territoriales. Así las cosas, la Cataluña independiente podría optar por dos alternativas para organizar su política de defensa.

La primera consistiría en ampliar las funciones del cuerpo de Mossos d’Esquadra, otorgándole funciones de seguridad exterior y militarizando parcialmente algunas de sus unidades. La segunda alternativa consistiría en crear una Guardia Nacional que tendría funciones de seguridad, de gestión de emergencias y de defensa, autónoma o coordinada.

Hay quienes consideran que esta política de defensa es inconsistente, ya que la hipotética Cataluña independiente continuará teniendo como marco de referencia la OTAN y, por tanto, se exigiría una importante contribución económica para contar con sus servicios de defensa.

En realidad, los asesores que redactaron el capítulo de seguridad también contemplan la posibilidad de que Cataluña disponga de su propio ejército. En este caso, según el ex ministro del PSOE Josep Borrell, los costes de unas fuerzas armadas superarían los 3.000 millones.

Los propios cálculos de los asesores estiman que los costes en defensa serían la cuarta partida más voluminosa (3,05%), solo por detrás de la seguridad social (74,07%), las transferencias al mundo local (6,38%) y los intereses de la deuda (6,07%).