El desafío independentista
Puigdemont pone silla a Mas en la reunión del Govern
Los inhabilitados del 9-N participarán en el Consell Executiu para asumir un nuevo papel
Los inhabilitados del 9-N participarán en el Consell Executiu para asumir un nuevo papel.
Ha pasado más de un año desde que Artur Mas presidió por última vez una reunión del gobierno catalán en el Saló Daurat del Palau de la Generalitat, la estancia donde cada martes el president se sienta a la mesa junto a todos sus consellers para impulsar la acción ejecutiva. La CUP forzó a Mas a dar «un paso al lado» en enero de 2016 y el líder soberanista tuvo que cambiar de despacho e instalarse en el Palau Robert. Hoy será un día especial para Mas, puesto que su sucesor, Carles Puigdemont, le ha invitado a regresar al Saló Daurat para participar en el Consell Executiu junto a las ex conselleres inhabilitadas por su papel en la consulta del 9-N (Joana Ortega e Irene Rigau).
El diario digital «Elnacional» avanzó ayer este gesto inédito y aseguró que el Govern les realizará un encargo, el de explicar por todo el mundo la sentencia condenatoria del TSJC por desobedecer la prohibición del Tribunal Constitucional (TC) de llevarla a cabo. Fuentes gubernamentales evitaron confirmar este encargo, puesto que todavía debe ser analizado con exactitud durante las deliberaciones del Govern. Pero corroboraron que Mas, Ortega y Rigau examinarán en el Consell Executiu la situación que ha generado la sentencia del TSJC y el papel que ahora pueden desempeñar los inhabilitados.
El propio Mas emplazó al Govern la pasada semana a «saber aprovechar que por primera vez un gobierno elegido democráticamente ha sido en parte inhabilitado». Puigdemont tomó nota y hoy mismo anunciará medidas en este sentido.
El propio PDeCAT (la nueva Convergència) también piensa sacar réditos a esta inhabilitación. Lo hará con un acto este sábado en apoyo de Mas y de las ex conselleras que debe servir como pistoletazo de salida a la campaña por el «sí» a la independencia del presunto referéndum de autodeterminación que, según el calendario soberanista, debe celebrarse en septiembre.
El denominado «procés» encara su recta final. Entre la primavera recién estrenada y el final del verano, la hoja de ruta soberanista (recalculada durante la legislatura) debe culminarse. El Govern intenta poner toda la carne en el asador, particularmente a nivel internacional. Es uno de los flancos más débiles de la estrategia independentista y Mas está llamado a multiplicarse en este ámbito, al igual que el propio Puigdemont, quien también prevé dar charlas en escuelas extranjeras.
Las ex conselleras, por su parte, también participarán activamente en una tarea que, en pocas palabras, consiste en desacreditar la acción de las instituciones del Estado por no permitir a los soberanistas llevar a cabo sus planes de autodeterminación. Su papel, con toda seguridad, tendrá un radio de acción diferente y estará más limitado al perímetro de Cataluña.
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