Sant Joan a través del tiempo

Probablemente sea Joan Manuel Serrat quien mejor ha definido la noche de Sant Joan cuando ha cantado de ella que «hoy el noble y el villano,/ el prohombre y el gusano/ bailan y se dan la mano/ sin importarles la facha». Porque el 23 de junio tiene un efecto mágico gracias a las numerosas verbenas, a la festividad del fuego que anuncia la llegada del largo y cálido verano barcelonés.

Un libro nos ofrece ahora un recorrido por la celebración de Sant Joan en la capital catalana, recorriendo numerosa documentación que nos permiten una mirada diferente a una de las noches más esperadas del año. «La nit de Sant Joan a Barcelona, publicado por Angle Editorial, contiene textos de Roger Canals, Amadeu Carbó, Xavier Cazeneuve, Marta Contijoch, Manuel Delgado y Albert Torras, además de numerosas fotografías –algunas de ellas inéditas– que nos permiten seguir la evolución de esta mágica festividad en Barcelona.

Las primeras noticias de las que se tiene constancia sobre Sant Joan se remontan al siglo XV, a los «Dietaris de la Diputació del General», una obra de 1414 donde se habla de «aquest jorn fonch la festa de sent Johan».

La Barcelona de los siglos XVI y XVII era una ciudad con gran entusiasmo hacia las celebraciones con elementos de pólvora y sus efectos de luz y sonido. Cazeneuve, en su texto, explica cómo, por ejemplo, en 1570, el «Registre de deliberacions» prohibía tirar cohetes fuera de las fiestas del Corpus. Igualmente interesante es una noticia de 1606 en el «Manual de novells ardits» donde se cita un incendio en la Catedral consecuencia de los diferentes fuegos y petardos de las verbenas.

En el siglo XVIII comenzaron a surgir las voces que pidieron a las autoridades municipales que pusieran orden o que se atrevieran a prohibir el evento, sobre todo lo relacionado con el lanzamiento de cohetes y petardos. Un bando del 23 de junio de 1758 no dejaba dudas: «ORDENO y mando, que persona alguna, de cualquier estado, calidad y condición que sea, no se atreva en adelante a hazer ni permitir que se hagan fuegos o hogueras en dichas calles y plassas, ni tirar o disparar cohetes, truenos, piulas ni otro género alguno de fuego artificial del pólvora en los sobredichos ni otros días, so pena de cinco libras barcelonesas, a por cada vez que se contraveniere este pregón».

El barón de Maldà en su dietario «Calaix de sastre» comentaba, en el siglo XVIII, que en estas fiestas «se fan moltes bullícies pels carrers, i no pocs desordres entre la gent vaguna».

Pero con el paso del tiempo, Sant Joan se convirtió en un de los símbolos festivos de Barcelona, contando con apoyos como los del poeta Josep Carner a principios del siglo pasado.

Por todo ello, el libro es una ocasión única para hacer memoria y ver cómo ha cambiado la celebración de Sant Joan y cómo nosotros hemos cambiado en la noche de la pólvora que hace a todos iguales.

«La nit de Sant Joan a Barcelona»

VV.AA.

ANGLE EDITORIAL192 páginas

25 euros