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Sin Velázquez en el palacete de Muñoz Ramonet

El inventario contabiliza un total de 1.015 objetos, cuando en 2005 sólo en pinturas y esculturas había 977

Una de las estancias del palacete de Muñoz Ramonet, dominado por los tapices, alfombras y cuadros apilados en el suelo
Una de las estancias del palacete de Muñoz Ramonet, dominado por los tapices, alfombras y cuadros apilados en el suelolarazon

barcelona- Tras 17 años de litigio, el pasado 25 de julio el Ayuntamiento de Barcelona consiguió obtener las llaves del palacete de Julio Muñoz Ramonet, diseñado por el arquitecto Enric Sagnier, y entrar dentro de la mansión. Lo que encontraron fue un espectáculo desolador. Aún se vislumbra su viejo esplendor, pero ahora queda un espacio de olor rancio y atmósfera decadente. Los muebles, de decoración clásica, tienen su tapizado en mal estado y se respira una sensación de vacío espectral en todas las salas. En los largos pasillos de los pisos superiores se apilan en el suelo una cantidad ingente de pinturas mediocres. Dominan las alfombras y tapices en suelos y paredes, donde los ácaros parecen haber decidido celebrar una fiesta salvaje. No es difícil imaginar al fantasma de Ramonet vagar por sus largos pasillos pensando, «¡qué han hecho con mi casa!».

El industrial murió en 1991 y cedió el espacio, y todo lo que contenía dentro, al Consistorio, según consta en el testamento. Sin embargo, sus hijas se resistieron a ceder lo que ellas consideraban legítimamente suyo. Así se inició una larguísima batalla en los juzgados. Los diferentes inventarios de lo que podía contener la finca hablaban de hasta 997 pinturas y esculturas, incluyendo cuatro Goyas, un Greco o un Velázquez. Todo eso ha desaparecido. El nuevo inventario, incluyendo cerámicas, mobiliario, tapices, material ornamental, incluso las farolas de la entrada, contabiliza apenas 1.015 objetos.

La conclusión es clara, muchas de las obras maestras fueron trasladadas antes de que el Ayuntamiento pudiese entrar. «No sabíamos qué nos íbamos a encontrar. Todavía es pronto para valorar lo que hay y saber exactamente lo que falta, pero está claro que son muchísimas cosas. Primero tenemos que catalogar y autentificar todos los objetos. Esperemos que a principios de año hayamos acabado y podamos iniciar el siguiente paso a seguir», aseguró ayer Jaume Ciurana, teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento.

La finca cuenta con 6.200 metros cuadrados, de los que 4.100 son bajo techo. Incluye dos torres de tres pisos y un jardín con un estanque, una piscina y diversas estatuas. Todavía no se sabe qué usos le dará el Ayuntamiento, pero ya han iniciado las obras de mejora del jardín, que incluye hacerlo accesible a personas con movilidad reducida. «Ramonet dejó claro en su testamento que el edificio tenía que ser para el fomento, la divulgación y la defensa de la cultura, así que estamos limitados a este punto», señaló Ciurana.

Aún permanece alguna joya, como un Anglada Camarasa, un Joaquim Mir, un Isidre Nonell o un Ramon Casas en mal estado, pero sólo es la guinda de un pastel mucho más grande. La historia del palacete aún no ha acabado.

UN GOYA Y UN GRECO.

El Ayuntamiento espera recuperar por vía judicial obras como «La virgen del Pilar», de Goya y «La Anunciación», de el Greco, que han estado en depósito judicial. El Consistorio luchará para que se ejecute la sentencia civil que le otorga la restitución de todos los bienes, o recurrirá por vía penal.