Cataluña

Territori promete poner en servicio el tramo central de la L9 a partir de 2022

A la espera de un crédito de Europa, el conseller Calvet afirma que será progresivo y concluirá en 2025

El conseller de Territori, Damià Calvet, junto a Elsa Artadi/ Miquel González
El conseller de Territori, Damià Calvet, junto a Elsa Artadi/ Miquel Gonzálezlarazon

Según aseguró en su comparecencia ante la comisión de Territorio en el Parlament, a partir de 2022 entrará en servicio progresivamente hasta 2025 el tramo central de la red, que debe unir las paradas de Zona Universitaria y Sagrera.

El conseller de Territorio, Damià Calvet, actualizó ayer los plazos para culminar el maratoniano proyecto de la Línea 9 de Metro. Según aseguró en su comparecencia ante la comisión de Territorio en el Parlament, a partir de 2022 entrará en servicio progresivamente hasta 2025 el tramo central de la red, que debe unir las paradas de Zona Universitaria y Sagrera. Por ahora, funciona la L9 norte –entre Sagrera y Can Zam– y la L9 Sur –entre Zona Universitaria y la Terminal 1 del Aeropuerto–, inaugurada el 12 de febrero de 2016. Desde entonces, la Generalitat tiene paralizadas todas las obras y ha destinado todos sus esfuerzos a buscar recursos para financiar la fase culminante del proyecto, que tendrá un coste de 1.127 millones de euros.

En este sentido, el balón de oxígeno podría llegar con el crédito de 740 millones que solicitó el Govern al Banco Europeo de Inversiones, y que, según Calvet, ya cuenta con la «conformidad técnica» del propio organismo aunque no ha dado luz verde –también se requerirá del beneplácito del Estado–. El resto se cargará a los presupuestos de la Generalitat, tras más de 18.000 millones invertidos –cuando el coste total de la línea se estimaba en 2.000 millones–.

Más allá de este «reto», que Calvet consideró «principal», anunció también la voluntad de abordar a través de las Comisión Bilateral de Infraestructuras el traspaso completo de Rodalies, una demanda eterna de la Generalitat que siempre ha contado con el rechazo del Estado. Así, en 2010 Fomento transfirió a la autonomía catalana la gestión de los horarios y las tarifas, mientras que el Ministerio de Fomento retuvo la infraestructura, los servicios y las estaciones. Por ello, al calor del nuevo clima político que parece que se pueda instaurar con la operación de deshielo entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, Calvet va a intentar aprovechar este resquicio para poder conseguir el traspaso completo de competencias.

Asimismo, el nuevo sistema tarifario de la T-Movilidad no se prevé hasta 2020 en toda Cataluña –un año ante en el área metropolitana de Barcelona–. Con este nuevo sistema, que será «contactless», se sustituirá los 84 abonos actuales por un tarifa basada en los kilómetros que hagan los usuarios: cuantos más hagan, menos pagarán para así incentivar el uso del transporte público. Finalmente, también reiteró la intención de dar continuidad a la implantación de la viñeta –proyecto que consistiría en eliminar todas las barreras físicas en todas las vías de alta capacidad (peajes) e imponer una tarifa plana que podría rondar entre los 40 y 100 euros–.