Literatura

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Tras la pista de las angelicales hijas de la familia Manson

La escritora Emma Cline se mete en la mente de las frágiles adolescentes que convivieron con el psicópata a finales de los 60 en «Las chicas»

La escritora Emma Cline ayer en Barcelona presentando la novela
La escritora Emma Cline ayer en Barcelona presentando la novelalarazon

La escritora Emma Cline se mete en la mente de las frágiles adolescentes que convivieron con el psicópata a finales de los 60 en «Las chicas».

La adolescencia es como una deseperada mano que surge del fondo del océano, dispuesta a agarrar lo que sea, realmente lo que sea, para salir a flote. Y a veces lo que agarra no es más que el horror. Es la edad más paradójica de todas porque, a pesar de que es un época nebulosa, agitada, sin sostén real ni sujeto, todo se vive con extrema radicalidad. Sólo hay el blanco o el negro. Alguien así, que vive sin contrastes, es fácil de manipular. Los seres humanos, en los extremos, son fáciles de seducir porque es muy sencillo saber lo que quieren oír. Decirlo entonces se convierte en un hipnotismo y allí se acaba todo sentido crítico. Las chicas que acompañaron a Charles Manson en sus abominables crímenes no eran monstruos sin ojos, eran sólo adolescentes, que se agarraron a lo que no debían para seguir a flote.

La escritora Emma Cline (Sonoma, 1989) era una adolescente como muchas otras. En su caso, a lo que se agarró fue a la narrativa. Escribir se convirtió en un refugio, un lugar donde poder encontrar un espacio privado que la aislase de una casa de locos, con seis hermanos tan adolescentes como ella siempre dispuestos a hacer ruido. Allí empezó a construir una increíble capacidad de observación y empatía que le hizo profundizar dentro de las personas. Este talento la ha convertido, años después, en el nuevo fenómeno de la literatura anglosajona.

La editorial Anagrama acaba de publicar su primera novela «Las chicas», relato que, a partir de las tristemente célebres hazañas del clan Manson a finales de los 60, en plena era «hippie» y de amor libre, indaga en la mente y corazones de esas niñas, adolescentes que se dejaron seducir por la mente del psicópata y que las llevó a extremos insólitos, convirtiéndolas en brujas posmodernos. «Quería escribir un libro que se basara en un crimen, pero que éste fuera lo menos importante. Mi intención era mostrar cómo la idea del mal es en realidad reconfortante porque sirve para alejarlo de la gente común. Empezamos hablar entonces de monstruos, pero las personas que cometen esos crímenes, son en su mayoría similares a nosotros», comenta la escritora, traducida ya a una treintena de idiomas y que ya espera la inevitable adaptación cinematográfica.

La historia nos presenta a Evie, adolescente que no encuentra acomodo entre sus semejantes hasta que se encuentra por casualidad a un grupo de chicas que bailan descalzas en el parque. No tardará en ser reclutada por el grupo y empezará a vivir en una comuna donde todo gira alrededor de un gurú, Russell. Cline, sin embargo, no se centra en los crímenes, ni entra de lleno en los detalles de los mismos, sino que da voz a Evie cuando ya es mayor y rememora aquellos fatídicos días, llena de resentimiento, sorpresa y culpa. «Creo que la mente del adolescente es opresiva, muy extrema, todo es blanco o negro, y para mí la ficción trata sobre las zonas grises. Así que un narrador mayor realmente me permitía contextualizar y racionalizar estos eventos de los que un adolescente no podría tener una verdadera perspectiva», asegura Cline.

El resultado es una novela abrumadora, de gran profundidad psicológica a lo Henry James, que a veces resulta incómoda porque obliga a ver «el mal» que todos queremos identificado y objetualizado para separarlo cuanto más mejor de nosotros mismos, con ojos comunes, sin juicios a priorísticos. De momento, ha entusiasmado a todos aquellos que la han leído, de Richard Ford a Jennifer Egan o Lena Dunham y sus fans siguen creciendo. Tanto, que como aquellas frágiles chicas, Cline se ha convertido sin quererlo en una pequeña celebridad. Empezó a escribir para encontrar un espacio privado y la escritura la ha convertido en alguien público. La vida no tiene sentido, pero al menos tiene libros como éste.

«Las chicas»

Emma Cline

ANAGRAMA

336 páginas

19,90 euros