Cáncer
Una fórmula física para frenar la metástasis
Un equipo de investigadores catalanes desarrollan un nuevo marco para contribuir en la cura del cáncer de mama
Un equipo de investigadores catalanes desarrollan un nuevo marco para contribuir en la cura del cáncer de mama
En la triología más famosa de J. R. R. Tolkien, «El señor de los anillos», hombres, elfos, enanos, hobbits y otras criaturas se unen para luchar contra el mal, encarnado en el Señor Oscuro. Es un ejemplo de que la unión hace la fuerza, que por muy literario que sea es real como la vida misma. Como la lucha contra el cáncer, un malo malísimo que cada vez debe enfrentarse con más guerreros. Al ejército de médicos, biólogos, químicos o ingenieros, se unen los físicos que tratan de desentramar cómo se expanden las células tumorales. Porque resulta que el movimiento de las células cancerígenas transciende las leyes de la física tal y como están formuladas actualmente.
El mayor peligro que tiene un tumor maligno es que inicie una metástasis. Para diseminarse, las células del tumor se adhieren al tejido que las rodea (principalmente colágeno) y ejercen fuerza sobre él para propulsarse. Este y otros detalles ha observado un equipo liderado por Xavier Trepat, investigador ICREA en el Instituto de Bioingeniería de Catalunya (IBEC) y Jaume Casademunt, catedrático de Física en la Universidad de Barcelona (UB), que en un estudio publicado ayer en «Nature Physics» desarrollan una nueva teoría física para explicar cómo se expanden las células cancerígenas.
La investigación logra explicar cómo actúan los tumores de cáncer de mama y cómo se puede frenar su expansión. Para llegar a la fórmula que permitiría frenar la metástasis de los tumores malignos, los investigadores pusieron células de tumores de mama sobre una superficie rica en colágeno y observaron cómo se propagaban.
Competición entre fuerzas
Una tecnología desarrollada por el equipo de Trepat permitió medir las fuerzas físicas que ejercían las células madre durante este proceso y con este método descubrieron que la reproducción del tumor depende de una competición entre fuerzas. Por un lado, las células se agarran entre ellas, para mantenerse unidas, y por otro se agarran a su entorno para escaparse. Según haya más o menos proteínas cadherines envolviendo a las células malas, gana una u otra fuerza y el tumor se mantiene de forma esférica o se esparcirá. Carlos Pérez, investigador del IBEC, becario de «la Caixa» y primer autor del estudio cuenta que el proceso es parecido a lo que ocurre con una gota de agua. «En algunas superficies se esparcirá, como cuando cae agua sobre una baldosa, y en otras permanecerá esférica, como cuando llueve sobre un paraguas». Pero el agua es un fluido pasivo y se comporta según las leyes de la física clásica, mientras que el tumor tiene vida propia y se rige por unas leyes distintas. Para entender como se mueve, los investigadores han desarrollado una nueva teoría que han llamado «mojado activo».
Este hallazgo permite controlar el tumor. No elimina las células cancerígenas, pero si no hay metástasis es más fácil operar.
Investigación del IDIBAPS
Predecir la respuesta a la inmunoterapia contra el cáncer
Un trabajo coordinado por Aleix Prat, jefe del servicio de Oncología Médica del Clínic y del grupo Genómica traslacional y terapias en tumores sólidos, ha identificado un nuevo biomacador genómico que predice la respuesta a la inmunoterapia en múltiples tipos de cáncer. La investigación publicada en «Annals of Oncology» muestra la capacidad de PD1, un receptor de los linfocitos, de predecir cómo irá el tratamiento.
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