Barcelona

Una mirada diferente

El Mnac dedica una exposición a la obra fotográfica de Marianne Brelauer, la primera individual que se dedica a su obra en España.

Fotografía de la exposición
Fotografía de la exposiciónlarazon

El Mnac dedica una exposición a la obra fotográfica de Marianne Brelauer, la primera individual que se dedica a su obra en España.

Desde hoy, un total de 127 imágenes nos permiten conocer a una de las cámaras fotográficas más interesantes surgidas en Alemania a principios del siglo pasado. Es Marianne Breslauer quien vio como su carrera se truncaba con la llegada del nazismo a su país. Sin embargo, pese a que fue fotógrafa durante poco tiempo, apensas once años, sí tuvo tiempo de capturar algunas imágenes extraordinarias. Esa labor la convierte en una de las mejores artistas de aquella generación de mujeres que, al igual que Lotte Jacobi, Germaine Krull, Grete Stern o Ellen Auerbach, en los difíciles tiempos de la República de Weimar, no dudó en ponerse tras la cámara.

Sus reportajes y sus retratos son los protagonistas de la exposición que acaba de abrir sus puertas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (Mnac). Comisariada por Mercedes Valdivieso. En esas imágenes se cruzan las caras anónimas con las de algunos creadores destacados, como Man Ray, Paul Citroen o Pablo Picasso. A ello se le suma, dentro de la exposición las fotografías que realizó en España y Andorra, acompañada de la escritora y periodista suiza Annemarie Schwarzenbach. Era un encargo para la agencia alemana Akademia y que en un primer momento no pudo ser publicado. ¿El motivo? La sangre de Breslauer era judía. La artista se negó a firmar con seudónimo, como le sugería Akademia, aunque después sí vio su trabajo recogido en varias revistas suizas junto con los textos de Schwarzenbach.

Aquel viaje, que da una mirada diferente de la España de los años republicanos, lo hicieron las dos amigas a bordo de un Mercedes blanco. La fotógrafa alemana recordaría que «pasamos primero por Girona para llegar a Barcelona y desde allí nos dirigimos hacia el noroeste, a través de Montserrat, en dirección a los Pirineos; sólo me acuerdo ahora del nombre de la Seu d’Urgell. Visitamos Loyola, que había sido recientemente abandonada por los Jesuitas, por lo cual era para una mujer algo extraordinario poder visitar aquel lugar. En Andorra estaba efectivamente lloviendo y no permanecimos mucho tiempo allí, sino que nos encaminos hacia Pamplona».

Valdivieso apuntó ayer que Brelauer «vino a España por culpa de la literatura y en particular por ‘Fiesta’ de Hemingway y por el libro sobre los Pirineos que escribió el periodista alemán Kurt Tucholsky, planteado más como ensayo de experiencias que como guía turística». Todo el poder de esas imágenes es accesible ahora a quien se acerque al Mnac.