Una risa premonitoria

Las fábulas suelen estar protagonizadas por animales u objetos inanimados que se comportan como seres humanos. El fin es alejarse de uno mismo y ver en el animal las propias miserias y faltas, siempre con una voluntad moralizante. ¡Ni los seres humanos se comportan ya como los seres humanos, para qué hacer que unos animales lo hagan! No tiene sentido, nadie se reconocería en el animal. Eso sería como disfrazar a unos gatos de seres humanos y hacer un musical llamado «Hombres». ¿Podrían seguir los gatos las indicaciones y canta, cantar, cantaaarr? ¡Podrían los gatos reír y emocionarse con el espectáculo o ni siquiera podrían quedarse sentados en el teatro? No, las fábulas no tienen sentido hoy día, aunque su carácter moralizante sea más necesario que nunca. Cuando perdemos la humanidad, la moral es la mejor forma de recuperarla.

Esto es lo que parece pensar Luis Goytisolo, que acaba de publicar «El atasco y demás fábulas» (Anagrama), cuatro relatos de humor desternillante, escritos durante los últimos 40 años, y que juntos forman una especie de mapa de lo desnortados que estamos como sociedad desde las últimas décadas. En los relatos, no somos animales, claro que no, somos una parodia de nosotros mismos, la única forma de tomar distancia y reconocernos. Y vaya si uno se reconoce en las fábulas de Goytsolo, no puedes parar de reír porque si paras, lo siguiente es morirse de vergüenza. «Hablo de un mundo donde ya nada es lo que parece y donde ya no te puedes creer nada de lo que te cuentan. Es un mundo difícil y disparatado», comenta el escritor.

La última de las fábulas, escritas recientemente, es «El atasco». La inspiración del relato es las continuas congestiones de tráfico en las que se ha visto atrapado en los últimos tiempos. A partir de este ejemplo concreto, en una gran sinécdoque, Goytisolo consigue esclarecer el atasco vital en la que vive instaurado el ser humano. «Los políticos mandan poco, lo que manda más es el mercado, y los pocos que lo controlan. Estos genios de Sillicon Valley tienen tanto dinero que podrían asumir toda la deuda griega. Ni siquiera saben cuánto tienen», asegura el escritor.

Las tres fábulas que complementan el libro son «Una sonrisa a través de una lágrima», «Devoraciones» y «Ojos, círculos, búhos», publicadas en Anagrama en 1981, 1970 y 1976, respectivamente, y que ve muy vigentes. «Aunque algunas tienen más de cuarenta años, leyéndolas hoy he visto que ya entonces intuí cosas, supe interpretar los indicadores. Es curioso porque leyéndolas hasta yo me reía, me hacía mucha gracia», dice Goytisolo.

El autor de «Antagonía» ha visto como en los últimos años su gran obra maestra ha ido creciendo en estatus. Precisamente, esta obra ha sido escogida en Francia como lectura obligatoria para el temario de oposiciones a cátedra en Lengua Española durante los años 2017 y 2018, mientras que en 2015-2016, la lectura obligatoria fue «El Quijote». «Creo sinceramente que toda mi obra está presente en “Antagonía”, que todos mis libros posteriores nacieron de alguna de sus páginas», señala el escritor que asegura que estas fábulas le sirvieron para oxigenarse ante el gran reto de escribir «Antagonía», proyecto que le llevó 17 años. No hay duda que el esfuerzo valió la pena.

«El atasco y demás fábulas»

Luis Goytisolo

ANAGRAMA181 páginas

16,90 euros