Cataluña
Verbena fresca y tranquila
Ocho detenidos por una trifulca y 206 heridos por petardos, balance de la noche más corta del año
BARCELONA- «¿Albert no tendrás un jersey para dejarme, verdad?», le preguntó uno de los amigos con los que celebraba la verbena de Sant Joan en la terraza de su casa en el barrio barcelonés de Sarrià. El frío se coló en la noche más corta del año. También lo hizo la lluvia a ratos, lo que hizo que ese grupo de amigos acabara su tertulia resguardado en la vivienda. A pesar del fresco, las hogueras prendieron y los petardos tronaron hasta altas horas de lo noche. No crearon graves estragos entre quienes jugaron, y nunca mejor dicho, con fuego. Ni tampoco tuvieron que lamentarse ni graves incidentes ni muertes en las carreteras. Los servicios de emergencias recibieron 2.500 llamadas y los bomberos atendieron un total de 758 avisos, un centenar menos que el año pasado.
En Vilassar de Mar, otro grupo de amigos se divirtió lanzando cohetes, encendiendo bengalas más largas de lo habitual y prendiendo petardos, entre risas, copas y velas. Uno de los cohetes, en vez de elevarse, fue a parar debajo de un coche. Se hizo el silencio ante la posibilidad de que explotara con consecuencias nefastas, pero por fortuna no ocurrió. «La verdad es que es importante que te enseñen cómo encender y lanzar petardos», apunta una de las chicas que presenció la escena. No corrieron la misma suerte los 206 heridos atendidos en ambulatorios o hospitales por quemaduras o afectaciones en los ojos. Entre los asistidos destaca un joven de 20 años al que le explotó un petardo en la mano y que le afectó gravemente a dos dedos. De los heridos, 64 eran menores de once años y otros 38 tienen entre 11 y 17 años.
Un barcelonés de apenas 19 años se accidentó con el coche sobre las 7.00 horas al quedarse dormido al volante. Afortunadamente todo quedó en un susto y lo único que sufrió daños fue el vehículo. Como este chico, otros conductores tentaron a la suerte aunque en su camino se toparon con los Mossos d'Esquadra. El dispositivo policial de alcoholemia desplegado en toda Cataluña realizó 1.798 controles en 46 puntos. En total, siete personas incurrieron en un delito penal al superar con creces el máximo de alcohol en sangre permitido por la ley y otras 76 fueron denunciadas administrativamente por dar positivo. En cuanto al control de drogas, se llevaron a cabo 18 pruebas de las que once dieron positivo, dos constituyendo un delito. Además, tres personas se negaron a soplar en el alcoholímetro y otras dos a someterse al examen de substancia ilegales por lo que todos fueron denunciados por un delito de desobediencia a la autoridad.
Los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Urbana en las playas de Barcelona tampoco sufrieron graves contratiempos. Puntuales, los agentes comenzaron a desalojar el litoral barcelonés al que habían acudido 62.000 personas para celebrar la verbena, 8.000 menos que el año anterior. Sólo una trifulca en la Barceloneta que saldó con ocho detenidos pudo empañar una noche prácticamente ejemplar. Poco a poco, los más rezagados fueron abandonando la arena para dejar paso a los 300 agentes de limpieza que en menos de tres horas recogieron hasta 16.000 kilos de basura, para abrir las playas a las 9.00 horas.
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