Barcelona

... y Cataluña no subirá el límite porque sus coches son viejos

La Generalitat de Cataluña no subirá el límite de velocidad a 130 kilómetros porque considera que el parque automovilístico que circula por sus carreteras está envejecido y, por culpa de la crisis, en deficientes condiciones de seguridad.

Según han informado a Efe fuentes del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), Cataluña no aplicará la reforma de la Ley de Tráfico que permitirá el incremento de la velocidad máxima en autovías y autopistas, un proyecto que el Gobierno ha remitido hoy a las Cortes para su discusión y aprobación. Una portavoz del SCT ha explicado que "muchos vehículos que circulan por las carreteras catalanas están en condiciones deficientes"ya que la crisis ha ocasionado un envejecimiento del parque automovilístico.

El SCT, que ha recordado que el gestor de la velocidad en Cataluña es la Generalitat, cree que "estas no son las condiciones óptimas para subir la velocidad a 130 kilómetros por hora".

En cuanto al resto de medidas que reforma el proyecto de ley, como el aumento de las multas por alcoholemia, el Servicio Catalán de Tráfico ha explicado que sí las aplicará.

El Gobierno ha remitido hoy a las Cortes el proyecto de reforma de la Ley de Tráfico que permitirá incrementar hasta 130 kilómetros por hora la velocidad máxima en determinadas condiciones y tramos de autopistas y autovías, y duplicar la multa por consumo de alcohol al volante hasta los 1.000 euros.

Tras haber sido sometida a los informes de los organismos pertinentes e, incluso al Comité español de representantes de personas con discapacidad, Cermi, y de la Asociación para el estudio de la lesión medular espinal, Aesleme, el proyecto pasa ahora al Congreso.

Según ha subrayado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros, algunas de las medidas, como la subida de la velocidad, no entrarán en vigor hasta que no se apruebe el Reglamento de Circulación, previsiblemente en marzo.

Tampoco lo hará antes de esa fecha la reducción de los límites de velocidad en las carreteras convencionales o secundarias y en vías urbanas, pero sí entrarán en vigor a finales de año, cuando las Cortes aprueben la reforma de la ley, las sanciones por alcohol y drogas o el uso obligatorio del casco de la bici en ciudad para menores de 18 años.

Fernández Díaz ha insistido en que en términos generales el límite máximo de velocidad en autopistas y autovías será el actual, 120, y sólo se subirá a 130 en determinados tramos en función de su índice de siniestralidad, características de la vía o condiciones climatológicas.

Por sugerencia de Aesleme, el proyecto prevé que en los casos de exceso de velocidad la multa llevará aparejada, además de la sanción económica, la pérdida de puntos siempre que se superen los 150 km/h, con independencia de que el límite máximo sea de 120 km/h ó 130 km/h cuando éste se apruebe para determinados tramos, que estarán debidamente señalizados.