Teatro

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Y si «La Bohème» se hubiese creado en un garaje

Emiliano Suárez lleva a una nave industrial una versión modernizada de la ópera con Mariola Cantarero, Aquiles Machado y Stefano Palatchi.

El elenco de la nueva adaptación del clásico de Puccini incluye a Mariola Cantarero como Mimi, Aquiles Machado como Rodolfo y Stefano Palatchi como Colline.
El elenco de la nueva adaptación del clásico de Puccini incluye a Mariola Cantarero como Mimi, Aquiles Machado como Rodolfo y Stefano Palatchi como Colline.larazon

Emiliano Suárez lleva a una nave industrial una versión modernizada de la ópera con Mariola Cantarero, Aquiles Machado y Stefano Palatchi.

Los bohemios ya no son lo que eran. En el siglo XIX eran artistas que, bajo el aliento último de sus deseos de belleza, amor y verdad, abominaban de todo lo que era gris, servil y gregario. Eran capaces de renunciar a lo que hiciese falta para demostrar que su nervio y voluntad eran una fuerza mayor que cualquier idea burguesa de confort y bienestar. No querían estar bien, querían estar enamorados, que es muy diferente. De ahí su fama de sucios, degenerados y vagabundos. Porque eran sucios, alcohólicos, pasionales, histéricos, extremos. Y a veces, sólo a veces, hasta daban miedo.

En el siglo XXI, los bohemios no son lo que eran, no tendría sentido, son lo que son, que es lo único que tienen que ser. Tienen muchos nombres nuevos, como modernos, hipsters, boombucks etc, y sí, tienen la barba, y a veces hasta el aspecto sucio, pero sus deseos no son de belleza, amor y verdad, no, son demasiado cínicos, prefieren la complacencia, la congregación, el aplauso, almacenar experiencias ya vividas, no crear nuevas. Y aún así, todos los bohemios del siglo XIX pagarían lo que fuera por ser los bohemios del siglo XXI. Los tiempos cambian, pero no tanto.

El escritor Henr Mugler dibujó las vidas de aquellos artistas sin fortuna en «Escenas de la vida bohemia» que luego Puccini convertiría en el sumum del verismo en «La Bohème». Allí nos encontrábamos a personajes como Mimi, una modista de vida trágica con apariencia frívola o Rodolfo, su joven enamorado, poeta capaz de despertar todas las furias con su insensatez y falta de tacto. Junto a ellos, pintores, músicos, cantantes, filósofos, viviendo al límite de sus fuerzas esa idea de belleza, amor y verdad. En el siglo XXI, nadie debería reconocer esos personajes porque ya no existen.

Por ello, para ganar nuevo público para la ópera, Emiliano Suárez tuvo la idea de modernizar la ópera de Puccini, adaptarla a los tiempos, y abandonar los grandes coliseos líricos para buscar emplazamientos más cercanos y directos. Bajo esta premia nació «La Bohème versión garage», que después de triunfar en Bilbao ahora llega al Espacio Palo Alto, una antigua nave industrial de 350 metros cuadrados, para intentar captar un nuevo público para la ópera. «La ópera de La Coruña me ofreció montar una nueva versión de la ópera de Puccini, pero después de un duro trabajo el proyecto se cayó y no se realizó nunca. A partir de ahí me di cuenta que lo que necesitaba era buscar espacios alternativos para la ópera y empezamos a trabajaar en una nueva idea de proximidad en el mundo de la lírica», explicó ayer Suárez en el Liceu, uno de los benefactores de este proyecto.

Un buen elenco

Así, ahora nos encontramos con una Mimi que es estilista de una revista de moda o un Rodolfo que es un guionista de cine alcohólico y frustrado, y todo a ras de tierra, con el público a escasos metros, en funciones que sólo haceptan 300 espectadores. El elenco está protagonizado por Mariola Cantarero, Aquiles Machado y Stefano Palatchi que no dudó ni un segundo en aceptar este nuevo reto. «Son todo voces de gran prestigio y verlos de tan cerca que casi puedes tocarlo es todo un privilegio», señala el bajo catalán. La obra está muy adaptada y reducida a la hora y media para concentrar una de esas historias de amor que los bohemios de ayer, y los de hoy, adoran.