Valencia
Alerta de Casa Caridad: la cifra de atenciones es la más alta de los últimos cuatro años
A pesar de la mejoría económica tras la crisis, la ONG realizó el año pasado 435.802 actuaciones con personas en riesgo de exclusión, un 7,6 por ciento más que en 2017
Casa Caridad realizó el año pasado un total de 435.802 atenciones a las personas más desfavorecidas, un 7,6 por ciento más que en 2017 y la cifra más elevada de los últimos cuatro años.
«Son datos que demuestran que hay mucha gente en riesgo de exclusión social, una situación que afecta tanto a españoles como a extranjeros que buscan una nueva oportunidad en nuestra ciudad», explicó ayer el presidente de Casa Caridad, Luis Miralles.
Esto se refleja en una ocupación del cien por cien en los albergues de Pechina y Benicalap, que registraron 44.363 pernoctaciones, un 6,8 por ciento más que en 2017, y en un reparto diario de unas 1.000 raciones de alimentos entre desayunos, almuerzos y cenas, hasta alcanzar las 327.741, con un aumento del 8,4 por ciento respecto al ejercicio 2017.
El presidente de la Asociación apuntó que «a pesar de la mejoría económica de los últimos años, sigue habiendo muchos españoles, especialmente en edades comprendidas entre 50 y 65 años, que sufren una situación de pobreza crónica derivada de una estancia prolongada sin empleo y que en algunos casos se agrava con problemas físicos o de adicciones, y aunque reciban un subsidio, este no les permite cubrir sus necesidades».
Los efectos de cerrar fronteras
Además, la ONG ha notado en los últimos meses el aumento de personas extranjeras que llegan a Valencia coincidiendo con políticas de externalización y blindaje de fronteras que han provocado un cambio en los movimientos migratorios.
«Estas atenciones en servicios básicos, como poder comer todos los días o tener un techo donde dormir, se acompañan de un seguimiento de cada una de las personas que acuden a nosotros», subrayó Cristina Sánchez, responsable de Trabajo Social del Multicentro de Benicalap.
Así, en 2018 se han realizado 63.698 atenciones personalizadas, un 4,3 por ciento más, donde se incluyen las entrevistas que llevan a cabo los trabajadores sociales que diseñan un plan individualizado para dar respuesta a las necesidades de cada persona, el servicio de los Centros de Día, los talleres de búsqueda de empleo o vivienda, o las diferentes acciones con las familias a través de las actividades del programa de las escuelas infantiles.
En especial, Casa Caridad pone el foco en el aumento de jóvenes, colectivo especialmente vulnerable que puede derivar en una situación de pobreza crónica. Así, en 2018 ha vuelto a crecer el número de personas entre 18 y 30 años sin trabajo que acuden al comedor social, que se han doblado respecto a 2017 y triplicado sobre 2014.
«Tal y como venimos advirtiendo en los últimos años, cada vez más jóvenes que han cumplido la mayoría de edad acuden a nuestros servicios más básicos y en búsqueda de asesoramiento ya que carecen de recursos de ningún tipo», indica Cristina Sánchez. «Si no se ofrece ninguna solución a estas personas, su situación de desprotección puede prolongarse a largo plazo».
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