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Casado y Bonig, aliados para batir a los pactos de izquierda

El presidente del PP reconoce la necesidad de que la Comunitat Valenciana reciba una financiación acorde con su población y defiende su historia frente a aquellos que quieren convertirla en un apéndice

Pablo Casado, en el centro, junto a la presidenta del PPCV, Isabel Bonig y a la derecha con el portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, César Sánchez, José Císcar y Javier Maroto, entre otros
Pablo Casado, en el centro, junto a la presidenta del PPCV, Isabel Bonig y a la derecha con el portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, César Sánchez, José Císcar y Javier Maroto, entre otroslarazon

El presidente del PP reconoce la necesidad de que la Comunitat Valenciana reciba una financiación acorde con su población y defiende su historia frente a aquellos que quieren convertirla en un apéndice

No hubo que poner falta a nadie. El PPCV al completo recibió ayer entregado al presidente de los populares, Pablo Casado. Si antes de conocerse que la Fiscalía no ve indicios de delito en el asunto de su máster ya se habían desbordado las previsiones, la decisión (conocida el viernes), convirtió en una fiesta el acto con el que la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, dio por inaugurado el curso político. La mañana fue un chute de optimismo para todo el partido que confía en que lo peor ya haya pasado.

Con puntualidad británica, a las 12.30, Casado hizo su entrada en los salones de la Pobla de Farnals escogidos para celebrar la Junta Directiva en abierto, a la que siguió una comida a la que asistieron 700 simpatizantes y militantes. Las previsiones se quedaron cortas y otros 500 tendrán que esperar una nueva cita.

Casado y Bonig exhibieron compenetración y aquellos dirigentes que en su día apostaron por la rival de Casado en las primarias, la ex vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, también se mostraron completamente entregados a la causa.

La complicidad no solo se mostró en las formas, sino también en el fondo y se hizo evidente que no habrá nada que pueda enfrentarlos porque ambos comparten no solo el objetivo de recuperar las instituciones, sino también la parte fundamental de la ideología popular.

Los dos se mostraron completamente de acuerdo en convocar elecciones para recuperar las instituciones perdidas tras las alianzas que encabezan los socialistas con los partidos de izquierda. «Serás el próximo presidente del Gobierno», le aseguró Bonig a Casado, quien le devolvió el cumplido. «Hace falta una buena presidenta para la Comunitat Valenciana y cuanto antes».

Bonig abrió el acto hablando de esos tiempos pasados que, en esta ocasión, no eran mejores. Era octubre de 2015 y el PPCV todavía no se había recuperado de la debacle electoral y la recién estrenada presidenta pedía «perdón» con 700 militantes. «Hoy solo repetiré una de esas dos palabras: Mil gracias».

La popular quiere abrir un nuevo tiempo y a partir de ahora se centrará en exponer su programa electoral sin olvidar un tema que se ha convertido en capital en el debate político valenciano, la financiación autonómica.

Por la financiación

Bonig pidió a Casado que haga «justicia» con la Comunitat Valenciana y le reclamó un modelo que no discrimine a los valencianos. «También se lo pedí en su día a Mariano Rajoy».

El presidente nacional, que aludió en varias ocasiones a que la mitad de su vida está en Elche (está casado con una ilicitana), aceptó el reto y se comprometió a trabajar para que «llegue una financiación justa a esta tierra» tal y como le corresponde por su peso poblacional.

Sobre este asunto, echó en cara a los firmantes del Pacte del Botànic que hayan cesado por completo en sus reivindicaciones y preguntó al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como pudo tener el «cuajo» de encabezar una manifestación para pedir a un Gobierno popular que mejorase un modelo que impuso el Gobierno de Rodríguez Zapatero con el voto a favor del propio Puig, que era diputado nacional.

Casado también suscribió las denuncias que casi a diario realiza Bonig sobre la falta de libertad educativa impuesta en la Comunitat Valenciana por la eliminación del distrito único y por la imposición del valenciano en los colegios públicos. Así, defendió un sistema educativo que controle a aquellas autonomías que no son «leales» con las competencias transferidas por el Estado.

Bajada del IRPF y eliminación del impuesto de Sucesiones, Patrimonio y Donaciones, completaron los discursos de Bonig y Casado que también se detuvieron en hablar de cómo el Consell trata de conducir a la Comunitat Valenciana por el camino que ha llevado a Cataluña a estar donde está. «No se puede tolerar que quieran que la Comunitat Valenciana sea un apéndice de nada. Los Països Catalans no existen ni han existido. Bastante historia tiene esta tierra para ser el apéndice de nada». Casado logró la mayor ovación de la mañana.

Los populares, puestos en pie, dejaron claro que este va a ser uno de sus argumentos para plantar cara al Gobierno de Puig y Oltra.

Los piropos a Esteban González Pons

Ayer no era día para hacer anuncios de tanta relevancia como el del candidato de la ciudad de Valencia. Los populares lo habían advertido por activa y por pasiva, pero eso no cuenta para que se sacase punta a cada gesto, a cada palabra. La presencia del portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, se daba por segura, y así fue. Casado nombró a muchos dirigentes, pero se paró en él para reconocerle la gran labor que hace en Europa, pero también para hacer hincapié en que se está dedicando a exportar el nombre de la Comunitat Valenciana por todo el mundo. Así, Casado dejaba bien claro que tiene en alta consideración a Esteban González Pons, un fijo en las quinielas a la Alcaldía de Valencia y que despierta la aceptación de todo el PPCV.