Valencia
Císcar trata de contentar a todos los regantes pero favorecerá a Alicante
Los regantes de Valencia y los de Alicante mantienen desde hace años posiciones irreconciliables en torno al trasvase Júcar- Vinalopó. Una infraestructura preparada para transportar agua desde mitad de 2011 y que costó 400 millones de euros, parte de ellos procedentes de fondos europeos.
Ahora, la Generalitat se encuentra en la dificil tesitura de decir ante el Ministerio de Medio Ambiente quién tiene razón. Si los del Vinalopó que han recogido en sus alegaciones al plan de cuenca del Júcar que quieren que se construya una toma aguas arriba de la actual, en Cortes de Pallás, porque afirman que la procedente de la desembocadura no tiene suficiente calidad, o los del Júcar, que defienden que el trasvase debe ejecutarse desde donde está construido, en el Azud de la Marquesa.
El vicepresidente de la Generalitat y conseller de Agricultura y Agua, José Císcar, trató ayer de trasmitir que el Consell velará por los intereses de ambos. Sin embargo, incidió en que deben estudiarse todas las soluciones posibles para solventar los graves problemas de escasez hídrica que sufren los regantes del Vinalopó, Alacantí y Marina Baixa y que así lo trasladarán al Ministerio de Agricultura en una de sus alegaciones.
Dado que ya existe un trasvase para llevar agua al sur de Alicante, Císcar matizó que las infraestructuras hídricas deben ser eficientes, de lo contrario no cumplen con su objetivo. Es más, en su escrito especificarán al Ministerio que el agua que llegue al Vinalopó sea en condiciones de «calidad, así como financieramente viables y económicamente asumibles». Argumentos todos que han repetido sin cesar desde la provincia de Alicante.
Inclinaba así la balanza a favor de estos últimos, a pesar de que el Consell también hará suyas alegaciones de otros regantes.
El vicepresidente especificó que asume la argumentación de la Comunidad General de Usuarios del Canal Júcar- Turia en la que solicita que se ajuste la asignación a los derechos existentes, de 95 hectómetros cúbicos, así como la de la Unión Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ) que pide que se cumpla el convenio de Alarcón para que los regantes manchegos paguen los costes de bombeo generados por la extracción de agua.
Mientras el vicepresidente mostraba su opinión sobre el asunto, los regantes valencianos hacían lo propio. Los argumentos son claros y contundentes. Aguas arriba no existen excedentes, a duras penas pueden regar los agricultores de la zona, mientras que en la desembocadura hay un sobrante de 60 hectómetros cúbicos al año, de hecho se podrían llegar a trasvasar hasta 64.
Así lo explicó el responsable técnico de USUJ, Alberto Hervás, quien añadió que si la toma estuviera arriba, según los niveles del río de los últimos años, sólo se podrían haber transferido 6,5 hectómetros cúbicos desde Antella, o 0,7 en el caso de Cortes de Pallás.
El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores, Cristóbal Aguado, indicó que no quieren ninguna guerra, sólo que impere el sentido común. Aseguró que el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete le ha prometido que enviará de forma urgente al secretario de Estado para abordar la polémica.
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