Singapur
Economía extravía la ATE de los Docks con una inversión de 206 millones
La promotora ARC Resorts ultima un acuerdo con el Gobierno local de Venecia para construir un proyecto similar. En la ciudad de los canales invertirán mil millones en un hotel y un campo de fútbol
Que las Actuaciones Territoriales Estratégicas (ATE) no gustan al conseller de Economía, Rafael Climent, en particular, y a Compromís, en general, no es ninguna novedad. Desde el primer día que llegaron al Gobierno lo dijeron y no tienen problemas en repetirlo cuantas veces sea necesario. Sin embargo, las ATE que ya están en tramitación deben seguir su proceso legal, sean aceptadas o no.
En este camino se encuentra el proyecto presentado por ARC Resorts para Valencia. Según la información a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, esta empresa entregó la documentación requerida para que el departamento competente realizase la valoración sobre la viabilidad financiera del promotor el pasado 25 de junio. En el registro de entrada se ve claramente el sello y la fecha de certificación de la Conselleria de Economía, Industria, Comercio y Ocupación.
El 25 de junio el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, todavía no había nombrado a su Consell, lo hizo cuatro días más tarde. Desde entonces han pasado cinco meses y en la Conselleria de Economía Sostenible afirman no tener constancia en el registro de esta documentación.
El consejero delegado de ARC Resorts en España, José María Esquerdo, confía en que en próximas fechas el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, y el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, les reciban para explicarles su proyecto. No critica al nuevo Gobierno, es más, entiende que en los últimos años el 98 por ciento de los proyectos presentados en España eran «humo». Comprende la precaución de los gobernantes, pero insiste en que el tienen para la Marina de Valencia es real.
Respaldado por un grupo de inversores de Singapur, plantea la finalización del edificio de los Docks del Puerto de Valencia para transformarlo en un hotel de seis estrellas con 120 suites rodeado de jardines. El segundo elemento será un casino que se completará con otras instalaciones de ocio y restauración.
La inversión inicial es de 206 millones y se calcula solo durante la fase de construcción generará 560 empleos. Cuando esté en funcionamiento la previsión es de 1.294 puestos de trabajo.
Esquerdo admite que la tramitación en Venecia ha sido mucho más sencilla. Para comenzar, se ha creado una Agencia para el Desarrollo de Proyectos dependiente del Gobierno local para centralizar todos los trámites necesarios para poner en marcha este tipo de actuaciones. El compromiso es que todas licencias necesarias estén listas en 180 días desde el momento en el que ARC presente los proyectos definitivos.
Ahora ultiman la firma de un acuerdo que únicamente está a falta de encontrar la forma jurídica para que encajen todos los aspectos del proyecto.
Construirán un hotel de 2.000 habitaciones con un casino junto a un nuevo aeropuerto y un estadio de fútbol para 50.000 espectadores apadrinado por Pelé.
No acelerar trámites
El PP propuso ayer en Les Corts instar al Consell a que continúe con la tramitación de la ATE Puerto Mediterráneo «con la mayor celeridad posible, cumpliendo todos los trámites legales, y a no poner en peligro la seguridad jurídica existente con el fin de evitar la fuga de posibles inversiones para la Comunitat».
Sin embargo, PSPV, Compromís y Podemos votaron en contra. Ciudadanos se abstuvo. El conseller de Economía, Rafael Climent, presente durante el debate, también votó en contra.
El diputado popular Alfredo Castelló, preguntó por qué el Consell no quiere que se inviertan 863 millones en el término de Paterna y se generen 5.900 empleos. El diputado de Compromís, Juan Ponce, lamentó que el PP quiera seguir con el «monocultivo del ladrillo».
Invitados poco respetuosos
Como es habitual, en la tribuna de invitados había colectivos afectados por el tema que se abordaba en Les Corts. A los detractores de Puerto Mediterráneo se les oyó increpar a los populares en dos ocasiones. Algo que forma parte del debate dialéctico entre los diputados, pero que no está permitido a los visitantes. El presidente de Les Corts, Enric Morera, elevó la vista en la primera ocasión e hizo un gesto de silencio. Nada más. En la segunda tampoco dijo nada. La síndica del PP, Isabel Bonig, protestó, pero Morera no procedió al desalojo de la tribuna.
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