El Botànic sigue el modelo catalán, más comarcas y menos Diputaciones

Corría el año 1987. Jordi Pujol era el presidente de Cataluña y comenzaban los primeros pasos legales para cambiar el modelo territorial de esta región. En un solo año aprobó la ley del Régimen provisional de las Competencias de las Diputaciones Provinciales, la de Organización Comarcal, la ley que establecían actuaciones públicas en la Conurbación de Barcelona, y la Municipal y de Régimen Local.

Todas tenían un objetivo común, poner los cimientos para una organización administrativa independiente del Estado. Las Diputaciones se sometieron a un regulación conservadora con el objetivo de ser sustituidas y entró en vigor una ley Municipal de Cataluña que prácticamente calcaba la estatal.

Treinta años más tarde, el Gobierno valenciano conformado por el PSPV y Compromís, apoyado en Les Corts por Podemos, sigue los pasos de este modelo.

En el primer año de mandato, el Consell aprobó un decreto para reducir las competencias de las Diputaciones en materia de Turismo y Deporte. Ahora, casi en el ecuador de la legislatura se han producido avances en este proceso.

Hace dos semanas el pleno del Consell aprobó el anteproyecto de Ley de Mancomunidades. Como ya publicó LA RAZÓN, el Partido Popular advierte de que esta norma prevé subir los impuestos para pagar «este nuevo escalafón» de la Administración pública. «Se pueden crear hasta 30 entidades nuevas».

Así lo dice el artículo 33 que sostiene que las mancomunidades se nutrirán de los «recargos sobre los impuestos de la Generalitat». Es decir, que se podrán subir los impuestos ya existentes para que una parte de los mismos vayan destinados a financiar el funcionamiento de estos organismos supramunicipales, que tienen como objetivo cambiar el mapa administrativo.

Para completar esta estrategia, Compromís ha presentado en Les Corts una «proposición de ley de delimitación comarcal» firmada por los diputados autonómicos Francisco Javier García Latorre y Mireia Mollà. Según relató El Mundo, en esta propuesta defienden que las «provincias son elementos desvetebradores y desnaturalizados de la identidad valenciana». Insisten en que esta organización territorial dificulta que la Generalitat preste sus servicios y planifique sus políticas.

Desde el PP remarcan que las Diputaciones son las administraciones que mejor atiende la necesidad de los municipios, aunque en esta lucha, como en muchas otras, tampoco tienen el respaldo del resto de partidos.