Infraestructuras

El nuevo PHN rescata los trasvases reforzados con nuevas desalinizadoras

El Gobierno abre una etapa de negociación con la certeza de que en el futuro habrá menos agua y más inundaciones. Propone más infraestructuras y mejor gestión para un escenario incierto

En la imagen, una manifestación de los regantes de toda España, celebrada este mismo mes en Madrid, en la que pedían soluciones para la grave sequía que afecta a sus producciones
En la imagen, una manifestación de los regantes de toda España, celebrada este mismo mes en Madrid, en la que pedían soluciones para la grave sequía que afecta a sus produccioneslarazon

Lograr un consenso sobre cómo repartir el agua en España es tan complicado como creer que algún día habrá un pacto sobre Educación. Sin embargo, el Gobierno central tiene el primer borrador cerrado y está dispuesto a negociarlo para tratar de poner punto y final a una guerra casi tan antigua como el hombre, la del agua.

El documento parte de la premisa de que los estudios científicos confirman que España sufrirá una reducción de recursos hídricos debido al aumento de las temperaturas y una reducción de las lluvias. «En el periodo 2070-2100 se prevén reducciones de escorrentías comprendidas entre el 13 y el 24 por ciento, dependiendo del escenario de emisiones». También advierte de que tanto las sequías como las inundaciones serán más severas y frecuentes.

Ante tal escenario, el borrador propuesto tras la reunión con 120 colectivos afectados, impone aumentar las medidas necesarias para preservar y mejorar la salud de las masas de aguas existentes e impulsar las actuaciones necesarias para lograr aumentar los recursos hídricos.

Para lograr este último objetivo, el documento inicial de trabajo no descarta ninguna solución. Depuración, reutilización, desalación, más conexiones entre cuencas y trasvases.

El borrador propone impulsar las interconexiones para mejorar la garantía de suministro en un mismo ámbito de cuenca. Este es, la construcción de infraestructuras para mover con facilidad el agua dentro de la misma demarcación.

Además, incide en que se estudie la «viabilidad técnica ambiental y económica de aquellas transferencias de agua entre las distintas demarcaciones hidrográficas siempre que cuenten con el consenso suficiente para una respuesta de largo plazo».

Sobre la construcción de plantas desalinizadoras apunta a la necesidad de impulsar nuevas infraestructuras «para las que exista acuerdo», así como «promover mejoras en materia de eficiencia energética en las instalaciones».

De nuevo, el ahorro también ocupa una parte importante en la estrategia propuesta. El documento estima que existen 800.000 hectáreas de regadíos por modernizar y señala a los organismos de cuenca como responsables de mejorar los canales principales y a los Ayuntamientos en el mantenimiento de sus redes de agua. Así mismo, insiste en avanzar en la instalaciones de contadores de agua inteligentes para controlar la demanda de agua.

Sobre la gestión de las inundaciones, advierte sobre la necesidad de actualizar el impacto del cambio climático en relación con las inundaciones ante la evidencia de que serán más frecuentes tanto por deshielos fuertes, como por la amenaza de las temidas gotas frías.