Iñaki Zaragüeta
El tráfico, un caos en Valencia
Si no hay concejal de Tráfico en Valencia, que lo pongan. Si hay, que lo destituyan
Si no hay concejal de Tráfico en Valencia, que lo pongan. Si hay, que lo destituyan
«Si no hay concejal de tráfico, que lo pongan. Si lo hay, que lo destituyan». Así expresaba un estrambote de una columna, no recuerdo si con firma, de la Hoja del Lunes de Valencia de los años 80, símbolo de la independencia periodística.
La frase tiene gran sentido en la actualidad, porque no se ha conocido en la capital del Turia mayor «destarifo» en el tráfico que el de ahora. No podía ser de otra manera si tenemos en cuenta que el responsable del asunto es un político nacido en Nápoles (Italia) y de ideología comunista, de izquierda radical que viene a ser lo mismo: Giusseppe Grezzi
Quien conozca Nápoles, ha percibido lo que es la ciudad sin ley en esta materia. Ni sirven los semáforos, ni las direcciones prohibidas ni cualquier orden. El deterioro de la circulación en el «cap i casal», induce a explicarse por la procedencia del susodicho edil.
Si añadimos su ideología centrada en perjudicar al conductor, al propietario de vehículo, se entiende tan irracional política. La modificación de los semáforos, la supresión sin sentido de carriles y demás medidas evidencian esa política programada por Grezzi «leña al conductor» «guerra contra el coche privado».
Este desastre lo percibe el conductor normal y el del transporte público, el taxista y cualquiera. No me extraña que Alberto Mendoza (PP), antiguo responsable de Tráfico, se lleve las manos a la cabeza y exija rectificaciones a Grezzi, aunque estoy convencido de que esté hará oídos sordos al lamento del popular y de centenares de miles de ciudadanos. Así es la vida.
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