En busca de una nueva postal de Valencia

El Puerto estudia recuperar la escalinata de piedra de La Marina con más de 150 años de antigüedad

Cuando la a reina Isabel II descendió en 1858 del navío «Francisco de Asís» y puso un pie en la escalinata del puerto de Valencia, esos peldaños dejaron de ser plebeyos y pasaron a ser reales, y la Marina valenciana se impregnó de un «glamour» que no recuperaría hasta 2007 cuando «celebrities» y ricos de todo el mundo pasearon sus chequeras por pantalanes y tinglados.

Hoy en día, la imagen de la llegada de «la de los tristes destinos» sería portada del «Hola» y hasta «trending topic» con un poco de suerte, pero entonces la visita de Su Majestad a tierras valencianas quedó solo reflejada en las actas de la Autoridad Portuaria y en la limitada prensa de la época.

Su Majestad arribó a Valencia procedente de Alicante para visitar las obras portuarias, en concreto unas catas arqueológicas, y el destino quiso que precisamente otras obras portuarias sacaran a la luz de nuevo más de 150 años después la famosa escalinata.

Bueno, al menos es lo que se cree, pues los trabajos llevados a cabo por la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) aún no han concluido y se desconoce cuál de todas las escaleras es la que se conserva (en muy buen estado) bajo el asfalto -hubo una primigenia a mitades del siglo XIX; luego otra que abarcaba prácticamente todo el puerto allá por 1916, y posteriormente otra más modesta que desapareció con las obras para acoger la 32 Copa América de Vela.

La idea de la recuperación de esta estructura partió del presidente de la APV, Aurelio Martínez, quien, junto con el arquitecto Ignacio Pascual, fueron los primeros en ver las posibilidades. Se contrató un georradar y se abrió una zanja que dejó al descubierto unos cuantos escalones, los suficientes para certificar su buen estado. El agujero se volvió a cerrar a la espera de que un informe dictamine la idoneidad del proyecto, es decir, si resulta viable desde el punto de vista de las infraestructuras, (habría que rehacer el central y reordenar las aguas) y desde el económico.

De aprobarse el proyecto, se recuperaría un espacio de esparcimiento ciudadano donde en otra época se realizó el primer reportaje fotográfico de España, la primera foto de la que se tiene constancia en nuestro país de un amanecer o desde donde doña María Cristina de Borbón-Dos Sicilias se embarcó en 1840 rumbo a su exilio. Si culmina esta iniciativa, la ciudad de Valencia tendría una nueva postal.