Iñaki Zaragüeta
Ese objeto del deseo
Un nuevo dilema tiene ante sí el presidente de la Generalitat por la falta de previsión de los Gobiernos del PPCV que durante 20 años han estado al frente de la Autonomía. Ahora, la decisión se presenta complicada. O tira por la calle de enmedio a favor de los intereses de su partido y asume el coste político. O se dejan las cosas como están, con la posibilidad de perjudicar a la organización popular.
Me refiero al mantenimiento o derogación de la Ley que reflejamos en esta misma página, firmada por el Consell de Joan Lerma en 1983, por la que se vacía de contenido a las Diputaciones, que no fue enviada a Les Corts y, por tanto, nunca entró en vigor.
¿Por qué esta circunstancia se ha convertido en centro de atención política? Sencillamente por la hipótesis de que el PP perdiera la Generalitat pero ganara las Diputaciones provinciales al regirse por un sistema electoral diferente. A los partidos de la oposición actual les convendría unas Corporaciones sin poder económico-financiero. Al PP todo lo contrario.
Los dos frente se han puesto en movimiento. El PSPV ya ha pedido un informe para, en su caso, poder llevar al primer Pleno de Les Corts la aprobación de la Ley y anular cualquier vía de poder al PP a través de las Diputaciones. Ha de comprobar si para ello se requiere la mayoría simple o una cualificada de dos tercios o tres quintos de la Cámara.
Por su parte, Alberto Fabra se debate entre guiarse por su idea de no cambiar nada y no arriesgar su imagen y la de su partido. O aceptar la presión de los suyos y derogar la Ley para eliminar el escenario referido. Así es la vida.
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