Banco Popular
Iturriaga cobra de La Caixa tras venderle por 1 euro el BdV
Es consejero en dos empresas que pertenecen a la caja catalana
Existen operaciones a veces tan bien diseñadas, que es difícil darse cuenta de que hay algo raro. El que fuera administrador y posteriormente director general del Banco de Valencia desde 2012 hasta marzo de 2013, José Antonio Iturriaga, es en la actualidad consejero de dos empresas propiedad de La Caixa, a quien vendió la entidad valenciana por un euro.
Concretamente, se trata de las empresas Bodegas Riojana y Energía Solar Aplicada. En la primera, representaba al Banco de Valencia hasta su venta la empresaria Agnés Noguera, cuya familia fue una de las fundadoras del banco valenciano. Pero, al parecer, desde que fue adquirida por CaixaBank, es Iturriaga el que representa a la caja.
Cargo con sueldo
Este cargo es además remunerado y para cuatro años. Su nombramiento fue publicado en el Boletín Oficial del Registro Mercantil del pasado 13 de agosto, con fecha de inscripción del 6 de agosto. Bodegas Riojanas fue adquirida por el Banco de Valencia para saldar una deuda que mantenía la familia Noguera a través de la sociedad Libertas 7.
Este activo es uno de los que pasaron a manos de La Caixa y forman parte en la actualidad de su cartera empresarial.
En la segunda empresa, Energía Solar Aplicada, Iturriaga entró a formar parte cuando era director general del Banco de Valencia, aunque continúa en la actualidad.
La relación con La Caixa no finalizaría ahí, puesto que parece ser que el empresario asesoró a la catalana durante su compra del Banco de Valencia.
Lo que es bien cierto es que su paso por el BancoValencia le granjeó más de un enemigo y su gestión no ha quedado exenta de polémica, hasta el punto de que la Plataforma de pequeños accionistas del Banco de Valencia presentó este verano una denuncia contra Iturriaga por considerar que podría haber cometido delitos de malversación de fondos públicos, prevaricación, falsedad documental y corrupción entre particulares.
No hay que olvidar que la que fue la última entidad financiera valenciana en desaparecer, recibió una inyección de 4.500 millones de euros para salir adelante, y finalmente fue vendida por un euro a CaixaBank. Lo peor de todo, claro está, es que los pequeños inversores de toda la vida perdieron todo su dinero. El valor nominal de las acciones se redujo de 0,20 euros a 0,01 euros.
Claro quedó el malestar de los accionistas durante la última Junta del Banco de Valencia, en la que reprocharon a Iturriaga que les hubiera dejado en la estacada y vendido por nada.
En cuanto a la «justificación» de la fusión, el informe realizado por la dirección, indicaba que Banco de Valencia requiere «una alta financiación mayorista que en estos momentos sólo le puede prestar CaixaBank» y que la integración de los activos y pasivos de ambas entidades «permitirá a la entidad combinada producir las sinergias y economías de escala para lograr una adecuada rentabilidad del negocio bancario».
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