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José Bernardo Noblejas: «El transporte ha de ser más asequible para la exportación»

Presidente del instituto valenciano de la empresa familiar

El presidente del Instituto Valenciano de la Empresa Familiar (Ivefa), José Bernardo Noblejas, apuesta por rebajar los costes de internacionalización y exportación a las empresas y reclama, también, un mayor apoyo de la Administración para que el empresario «no sea un tramitador de burocracia».

Noblejas se decanta por unos costes de transporte «bastante más asequibles y un tratamiento especial» para las empresas exportadoras, a través de acuerdos administrativos con infraestructuras como puertos y aeropuertos. El fundador de Ortoprono asegura que las ayudas públicas «no son suficientes» para la internacionalización, y se podrían complementar con una rebaja de costes burocráticos para la introducción en nuevos mercados.

«Sin necesidad de subvenciones, se podría ayudar mucho a las empresas que han hecho bien los deberes, que tienen la caja saneada, que invierten en innovación y que quieren salir adelante», manifestó.

A su juicio, recopilar la documentación y cumplir con la legislación y la regulación de cada sector es «complicado» para un empresario, y la tramitación burocrática representa «un coste enorme» para las empresas. «Eso tendría que estar en el lado de la administración», añade.

Por ello, afirma que la efectividad del apoyo de las administraciones públicas les permitiría obtener resultados más rápidos en el exterior.

Además propone que sean expertos de la Administración quienes proporcionen ayuda a las empresas tanto antes de salir de España como en los lugares de destino, a través de «embajadas, agregados comerciales o consulados», para facilitar la introducción en los mercados exteriores.

Respecto a las dificultades de las empresas para mantener su actividad, propone bonificaciones temporales en gastos como la electricidad o en impuestos municipales como el Impuesto de Bienes Inmuebles para conservar el negocio.

«Si tengo que pagar menos por esos servicios, no tengo que sacar esos fondos del beneficio de mi negocio y refuerzo mi situación para mantener el empleo», explica Noblejas, quien defiende los incentivos y no «los castigos cuando las cosas salen mal».

Todos los días «se ven» empresas cerradas porque no son proyectos empresariales sino «proyectos de desesperación» de personas que han invertido todo en el nuevo negocio.

Reclama una mayor valoración de los proyectos y los planes de sucesión de la empresa familiar en la concesión de financiación, porque a este tipo de empresa «se le miden las garantías por sus propiedades o patrimonio» mientras que a otras empresas se las evalúa por sus proyectos.

El tamaño de la empresa familiar puede condicionar su capacidad de resistencia ya que «a un hijo se le puede rebajar el sueldo pero a un trabajador no, porque preferirá cobrar el paro», asegura Noblejas.