Salud

La cautela como señal de Parkinson

La persona «preparkinsoniana» tiene pocas multas de tráfico, fuma y bebe menos, es monógama y no hace «puenting»

El conseller de Sanidad, Manuel Llombart (en el centro con corbata roja), junto al presidente de la FVEA, Santiago Grisolía (a su derecha) y el neurólogo José Miguel Láinez (a su izquierda)
El conseller de Sanidad, Manuel Llombart (en el centro con corbata roja), junto al presidente de la FVEA, Santiago Grisolía (a su derecha) y el neurólogo José Miguel Láinez (a su izquierda)larazon

Existen ciertos síntomas que pueden ayudar a adivinar si una persona llegará a desarrollar Parkinson en el futuro. Los «preparkinsonianos» expresan una conducta social más conservadora, pues les resulta más difícil enfrentarse a situaciones de estrés, lo que les lleva a evitarlas. Así, suelen ser personas con pocas multas por conducción o aparcamiento; fuman, beben y comen menos que la gente de su entorno; presentan conductas sexuales muy conservadoras -no suelen ser promiscuos o infieles-, no aman los deportes de riesgo como el «puenting»; tienen una mayor estabilidad profesional -no cambian de empleo con frecuencia- y mantienen el mismo lugar de residencia toda la vida.

Así lo explicaba ayer el profesor, neurólogo e investigador Justo García de Yébenes, jefe de la sección de Neurología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, durante las jornadas que organizó la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados (FVEA) con motivo del Día mundial del Parkinson.

Una vez detectada la enfermedad, algo que ocurre en la mayoría de los casos cuando ya se ha perdido el sesenta por ciento de las neuronas dopaminérgicas del cerebro, el enfermo puede llegar a tener una esperanza de vida similar a los que no la padecen. Según García de Yébenes, estos pacientes tendrán entre quince o veinte años de vida de buena calidad. Además, los avances médicos en este campo conducen al optimismo.

Al respecto, el investigador informó de que en los últimos tiempos se está intentando combinar los medicamentos con terapias no farmacológicas, como el ejercicio físico, trabajos con la marcha, la voz y especialmente la interacción social, «pero todavía no se ha conseguido desenmascarar la enfermedad».

Por su parte, el doctor José Miguel Láinez, jefe del servicio de Neurología del hospital Clínico de Valencia, recordó que el Parkinson, cuyos riesgos más habituales son la edad y el sexo (se dan más casos en hombres que en mujeres), la susceptibilidad genética y los factores tóxicos ambientales, es la segunda enfermedad neurológica más prevalente. En la Comunitat la padecen 11.000 personas.