La Comunitat registra casi un millar de intoxicados en 2018 y 2019

La muerte de una mujer de 46 años y la intoxicación de casi una treintena de personas tras consumir un plato elaborado con colmenillas hicieron saltar las alarmas y pusieron el foco de atención sobre unos níscalos poco conocidos para la mayoría de nosotros.

Las colmenillas, también llamadas múrgolas, cagarrias y morchellas, son tóxicas al natural pues contienen toxinas. Sin embargo, estas son termolábiles, es decir, que no resisten al calor de la cocción, por lo que, en principio, si se siguen las recomendaciones de manipulación y cocción no tiene por qué haber ningún riesgo.

Con todo, pese a que la teoría dice que si comieran crudas podrían producir una hemólisis o rotura de los glóbulos rojos de la sangre, el caso de la valenciana es «muy raro», según cuenta el micólogo Óscar Rico. En la Asociación Micológica de Fuenlabrada a la que pertenece están acostumbrados a verlas y no conocen de ningún caso de intoxicación. «Es rarísimo lo que ha pasado. A lo mejor se debe a otras causas, quizás a algún tipo de bacteria», aventura.

A la espera de los resultados de los análisis realizados a los productos bajo sospecha y hasta que se hagan pública la autopsia de la fallecida, lo cierto es que todo apunta a algún tipo de intoxicación alimentaria, ya sea procedente de un hongo o no.

Durante todo el año pasado y hasta el pasado 19 de febrero, en la Comunitat Valenciana se han producido 57 brotes que han afectado a 957 personas (medio centenar de ellas precisaron hospitalización), de ellas, la mujer de 46 años fallecida el domingo 16 de febrero, ha sido la única defunción registrada.

De casi el millar de afectados, la gran parte (885) se produjeron en el ámbito comunitario, es decir, en centros docentes, residencias, restaurantes, bares, asociaciones y agrupaciones o centros y establecimientos deportivos. El resto de intoxicaciones tuvieron lugar en el ámbito familiar.

En cuanto al origen de estas, la mayoría fueron por salmonella (24 casos), seguidas de Norovirus (se transmite por consumo de alimentos contaminados, aguas fecales o contacto entre personas), con 9 casos en este periodo. El resto de contagios se dividen entre la histamina (una amina idazólica involucrada en las respuestas locales del sistema inmunitario), las setas (dos casos en 2018), estafilococo, campylobacter (una de las principales causas de las enfermedades diarreicas de transmisión alimentaria del ser humano), Clostridium perfringens (bacterias que viven normalmente en los intestinos y no suelen causar problemas) y otras de origen desconocido.

Respecto al tipo de alimentos, encabeza el «ranking» de peligrosos, el huevo poco hecho o crudo, que ha causado una docena de brotes; los pescados y mariscos (se incluye la histamina), con nueve casos; las carnes, con siete; las pastas y arroces con dos; las verduras (incluidas las setas) con tres; y otros sin determinar con 24. En total, 57 brotes de toxiinfección alimentaria en apenas catorce meses.

Pese a que todo parece apuntar a que en el caso de la mujer fallecida tras haber comido en el restaurante de lujo valenciano pudo haberse debido a la ingesta de las ya populares colmenillas, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, ha hecho un llamamiento a la prudencia y a la responsabilidad. «Hasta que no se sepa el alimento que ha producido la toxicidad no podemos generar una alarma». Al respecto, aclara que «sería una irresponsabilidad establecer el origen y las causas» y ello no podrá ser hasta que se tengan los resultados del instituto de Toxicología y de la autopista, que confirmaran si la fallecida tenía una patología previa, la muerte fue debido a otras complicaciones o si fueron las colmenillas las que provocaron el fatal desenlace.