Las farmacias confían en la palabra de Císcar respecto al plan de pagos

«Que estemos callados no significa que no lo estemos pasando mal, porque lo estamos pasando muy mal». Los farmacéuticos valencianos siguen viviendo pendientes de los pagos de la Generalitat que, según la presidenta del Colegio de Valencia, María Teresa Guardiola, asciende actualmente a casi 400 millones de euros -si se contabiliza la facturación del mes de enero.

No obstante, los boticarios confían en la palabra dada por el vicepresidente del Consell, José Císcar, que se comprometió a saldar mensualmente parte de la deuda contraída, dejando las facturas de la mitad de septiembre, octubre y noviembre de 2012 pendiente de la llegada del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) de 2013. Así, Guardiola no tiene «motivos para sospechar» que la Conselleria de Hacienda, de la que depende este asunto, dé la orden de pago hoy para que en los próximos días los Colegios de las tres provincias dispongan del montante correspondiente a medio mes de septiembre.

Respecto a las críticas vertidas por otros colectivos que también sufren los impagos de la Administración sobre los «privilegios» de los farmacéuticos y su prioridad a la hora de cobrar, Guardiola declaró su total apoyo a sus reivindicaciones. «Yo quiero que se les pague, porque tienen una necesidad dolorosísima. No quiero excluir a nadie, pero deben entender que si nosotros no cobramos, no podemos comprar medicamentos para todos los valencianos. Si no nos pagan, nos caemos de la cuerda floja». En este punto, reconoció la «gravísima situación interna» en la que se encuentran algunos propietarios de farmacias. «Estamos sufriendo verdaderos dramas. Hay farmacéuticos que se encuentran en peligro de desahucio. Estamos tratando de ayudarles, mediando para que al final esto no se produzca. No por estar callados significa que estemos bien».

Por otra parte, ayer se dio a conocer el gasto farmacéutico correspondiente al mes de enero, y que en el caso de la Comunitat asciende a 96,8 millones, un 15,4 por ciento menos que el año pasado. El número de recetas facturadas se ha reducido casi un 14 por ciento, hasta 8,5 millones; mientras que el gasto medio por receta bajó un 1,7 por ciento.