Valencia
Los arroceros achacan el brote de botulismo a la mala gestión pública
El sector recuerda que la labor que han realizado los agricultores ha funcionado correctamente durante cientos de años
El brote de botulismo que ha acabado con la vida de más de 600 aves y ha dejado a más de 80 enfermas se ha producido justo en la única parcela de l’Albufera gestionada con fondos públicos. Así lo recordaba ayer el responsable de la sectorial del arroz de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), Miguel Minguet, quien recordó que los arroceros han gestionado «el agua y su circulación en este paraje natural durante cientos de años y no ha habido ningún problema».
Sin embargo, apunta, «durante los últimos años, los continuos cambios de criterio, las dificultades y la burocratización del manejo del agua» están provocando que algunas de las acequias de l’Albufera «estén más sucias que nunca, por que no nos dan permiso para limpiarlas».
«Nosotros sabemos que si el agua no circula y se estanca el arroz se muere», señala Minguet, quien añadió que la bacteria que apareció a mediados del pasado mes de julio provocando la fatídica muerte de las aves surgió por esa falta de circulación del agua y de limpieza.
Minguet se pronunció de esta manera en una entrevista concedida a Ribera Televisió, en la que indicó que los permisos no se conceden «porque hay quien desde la comodidad de la moqueta toma decisiones desde el desconocimiento».
«L’Albufera no ha aparecido de la nada, sino de las manos de los arroceros», indica Minguet.
El Tancat de la Pipa, parcela en la que apareció la bacteria del botulismo, es la única zona del lago gestionada por Agro y SEO /BirdLife, con fondos públicos.
La mayoría de aves muertas son ejemplares de ánade azulón, que es la especie más abundante en este paraje. También se recogieron cadáveres de cigüeñuela, garceta común, avetorrillo, cerceta común, gallineta común o pato colorado.
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