Soler prepara un plan económico «realista», aunque no cumpla el déficit

Ante todo hay que ser sincero, dice el conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, quien ayer avanzó que el Plan Económico Financiero (PEF) que presentará a finales de mes en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) será «realista», aunque ello implique no cumplir con el objetivo de déficit para el año que viene.

Soler se manifestó en estos términos antes de asistir a la reunión del Comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valencia. Indicó que el PEF que presentó el anterior Consell a finales de 2014, contemplaba 1.500 millones de euros «que no eran reales». Esta cantidad resulta de la suma de los 1.057 millones solicitados como anticipo del Fondo de Competitividad, más los ingresos que previó el anterior Consell por la compensación del impuesto bancario, más venta de patrimonio.

Aquellos «inputs» están contemplados en los Presupuestos de la Generalitat, aunque ahora hay que revisarlos, dijo. De hecho, un equipo de trabajo de la Conselleria se encuentra en estos momentos trabajando en el asunto. «Yo lo que quiero es no engañar a nadie, ni a mí mismo, ni, sobre todo a los valencianos, porque la gente nos ha votado para que digamos la verdad», dijo Soler, y añadió que las consecuencias de la situación económica y financiera recogida en ese Plan tendrán que resolverse «a nivel político».

En cuanto a realizar nuevos recortes, el conseller insistió en que ya le dijo al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, la semana pasado durante el CPFF, que no iba a realizar ni un ajuste más en la Comunitat, puesto que la región ha ahorrado un 20 por ciento en sus gastos durante los últimos años, siendo la autonomía líder en este sentido.

Por otra parte, se mostró partidario de que sea una institución imparcial como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) la que realice los informes sobre los criterios en el reparto del déficit, entre los que defendió la población como uno de los principales.

Lo que no es asumible, a su modo de ver, es que el ministro sea «juez y parte» y que, como sucedió la semana pasada, se aprueben unos techos de gasto que rechazaron la gran mayoría de las Autonomías (ahora no gobernadas por el PP), solo porque el Ministerio cuenta con voto de calidad.