Solo dos de cada diez afectados por disfunción eréctil acude al médico

El 23 por ciento de los valencianos ha padecido disfunción eréctil -incapacidad para conseguir o mantener una erección suficiente que permita una relación sexual satisfactoria- en algún momento de sus vidas y aunque la vergüenza sigue estando asociada a este problema, al paciente de la Comunitat le queda el consuelo de estar mejor que la media nacional, que se halla en el 27 por ciento de los encuestados por la Asociación Española para la Salud Sexual (AESS ) y la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (Asesa).

Las reticencias que existen todavía para reconocer que se padece esta enfermedad ha llevado a ambas organizaciones a poner en marcha una campaña de concienciación para alertar a los españoles de la relación existente entre dos de los problemas urológicos más frecuentes en el varón, es decir, los problemas urinarios causados por el crecimiento benigno de la próstata (hiperplasia benigna de próstata) y los de erección. De hecho, el once por ciento de los valencianos sufre ambas dolencias al mismo tiempo, aunque la mayoría de los hombres a los que se les preguntó -seis de cada diez- asoció ambos problemas a la edad, por lo que no suelen pedir ayuda médica.

Los pacientes que reciben tratamiento por disfunción eréctil son pocos, lamentó el doctor Antonio Pelluch, jefe de Sección del Servicio de Urología del Hospital General de Alicante, quien situó en un veinte por ciento a los que reconocen padecerla y optan por ir al médico.

Según explicó, pese a que la disfunción eréctil y los síntomas del tracto urinario inferior aumentan su frecuencia con el envejecimiento, existe un vínculo entre ambas que es independiente de la edad. Una relación que desconocen tres de cada cuatro afectados con síntomas urinarios.

«No lo relacionan directamente. Equivocadamente, creen que las dificultades urinarias y las eréctiles son 'normales' a partir de cierta edad", afirmó por su parte Froilán Sánchez, sexólogo clínico y miembro de la Academia de Sexología y Medicina Sexual.

En este sentido, apuntó que quienes deben tener clara tal asociación son los médicos, que deberían aprovechar la oportunidad que les brinda la aparición de síntomas prostáticos para interesarse por cómo va la sexualidad del paciente. «Y es fácil hacerlo. Basta con preguntar en el momento oportuno algo similar a lo siguiente: 'Hay hombres con problemas urinarios parecidos a los suyos que tienen dificultades sexuales, en ese aspecto ¿cómo le van las cosas?'».

Y es que nueve de cada diez encuestados no cree que las relaciones sexuales empeoren los problemas urinarios, aunque tres de cada diez disminuiría la frecuencia de sus relaciones sexuales si empezara a notar estos síntomas.