Trabajar no es un castigo

Alberto Chicote, famoso cocinero español, es el protagonista de un programa de televisión llamado «Pesadilla en la cocina» donde trata de ayudar a restaurantes en crisis a sobrevivir. Chicote hace toda una labor de coaching de equipos, con un estilo bastante directivo, donde muestra a todos sus errores y propone soluciones buscando la reflexión y que cada parte asuma su responsabilidad en el negocio.

En uno de sus episodios Alberto se encuentra con un caso especial, donde el dueño del local le confiesa que para él es una tortura ir a trabajar todos los días. Chicote le responde «Trabajar no puede ser un castigo, tienes que hacer lo que te gusta».

Reflexionar sobre esta frase me ha hecho replantearme varios aspectos de mi vida. He de trabajar para poder ganarme la vida pero ¿puedo enfocar ese trabajo hacia algo que me motive e ilusione? La respuesta es sí y cuando me di cuenta de eso el horizonte que tenía ante mí se esclareció de golpe.

No tengo el por qué hacer las cosas de una manera que me resulten tediosas o insufribles, puedo seguir haciendo mi trabajo, o uno similar, con un estilo distinto donde me sienta más cómodo.

Piensen cuantos días más de trabajo tienen por delante hasta el día de su jubilación y reflexionen cómo se sienten cada mañana cuando se despiertan en un día de labor.

¿Es así cómo quieren sentirse cada mañana durante ese tiempo? Hay dos soluciones, hacer lo que te gusta o motivarte para conseguir que te guste lo que tienes que hacer. En cualquier caso hay que lograr que trabajar no sea un castigo.