Tres detenidos por pagar entre 6 y 10 euros al día a inmigrantes por recoger naranja

«Se aprovechaban de su necesidad de subsistir y enviar dinero a sus familias»

La Guardia Civil, en colaboración con la Policía Autonómica y varios Cuerpos de policías locales, detuvieron a tres personas por explotar a magrebíes y centroafricanos, a quienes pagaban entre seis y diez euros al día por recoger naranjas.

Según informó ayer el Ministerio del Interior, hay una cuarta persona investigada por formar parte de este grupo que tenía un cierta estructura en el pago, contratación y transporte de personas.

«Esta operación es fruto del plan conjunto de inspección de almacenes que se acordó en abril pasado entre todas las Administraciones. Se trata de la primera operación y van a seguir más porque la protección a los agricultores y la lucha contra el empleo irregular es una prioridad», señaló al respecto el delegado de Gobierno, Juan Carlos Moragues.

En la inspección participaron la Guardia Civil, la Policía Autonómica, las Policías Locales de Picassent y Náquera, la Inspección Provincial de Empleo y Seguridad Social, e Inspectores de las Conselleries de Sanidad, Medio Ambiente, y Economía, coordinados todos por la Delegación del Gobierno y la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, dirigida por José María Ángel.

Las tres personas detenidas y la cuarta investigada utilizaban a trabajadores sin contrato laboral, sin alta en la Seguridad Social, para la recogida de naranja.

La mayoría de las víctimas eran de procedencia magrebí y centro-africana y recibían entre seis y diez euros como máximo por día de trabajo y sin las debidas condiciones laborales.

Los detenidos se aprovechaban de su necesidad para subsistir y enviar dinero a sus países de origen.

Alguno de los trabajadores, tenía heridas en las manos al no haber sido dotado del adecuado material para la recolección.

Cae una red de ladrones

Por otra parte, la Guardia Civil de Alicante detuvo a dos hombres de nacionalidad marroquí (30 y 29 años) y a cuatro mujeres españolas (26, 31, 32 y 47 años) como supuestos autores de los delitos de robo con violencia, intimidación, detención ilegal, y pertenencia a organización criminal.

Al parecer, ellas, que ejercían como prostitutas de forma voluntaria, fueron reclutadas por los detenidos para establecer relaciones con hombres adinerados y de avanzada edad, con el objetivo de que les facilitasen información que les permitiese robarles.

Siempre según el relato de la Guardia Civil, las mujeres acudían a los domicilios particulares de los solicitantes de servicios sexuales y así aportaban la información sobre las víctimas a los hombres del grupo, quienes estudiaban los movimientos de estas personas, normalmente empresarios de la zona.