Alumnos

Un castellonense consigue reabrir un colegio en Nepal

Rubén Marc recauda 4.500 euros con una campaña de ayuda en cooperación

El profesor voluntario, Rubén Marc Cano durante su estancia de cuatro meses en el Colegio Bal Ganesh English School de Nepal
El profesor voluntario, Rubén Marc Cano durante su estancia de cuatro meses en el Colegio Bal Ganesh English School de Nepallarazon

Rubén Marc Cano, antiguo alumno de Educación Primaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Castellón, consiguió un total de 4.484 euros o lo que es lo mismo 509.392 rupias, para reabrir el colegio Bal Ganesh English School de Nepal. La campaña «Por Nepal. Devolvámosles la sonrisa» cambió la vida de muchos niños nepalís, concretamente a 150, que son los alumnos a los que acoge el colegio y que han sido las principales víctimas de los terribles terremotos que vienen azotando el país.

«Todo comenzó cuando me fui a Nepal a trabajar como profesor voluntario, pero esta campaña concretamente se inició el 25 de abril cuando ocurrió el gran terremoto». Marc asegura que hay mucha gente que se ha volcado con esta iniciativa. Antes del terremoto, la situación de los alumnos del Bal Ganesh English School, que tienen entre tres y 14 años, ya era precaria. «El centro se financiaba con ayudas externas, tenía pérdidas y los recursos de los que disponían eran muy escasos», señaló el cooperante y recalcó que el centro estaba compuesto por una pizarra, seis bancos, una cocina, un patio de tierra y no tenían luz, «una situación muy precaria».

Con los 4.500 euros los alumnos y los profesores pueden recuperar la normalidad y volver a dar clase, cosa que tras el terremoto no era posible. Marc fue a trabajar como profesor voluntario y además de las tareas de reconstrucción del aulario han podido reabrirlo, que para los alumnos ya es una gran ayuda psicológica muy fuerte. «La mayoría están muy traumados» por la devastadora sacudida. «Volviendo al colegio los niños recuperan la normalidad ya que los profesores tratan de quitarle importancia realizando juegos y actividades», explicó el castellonense.

Con este tipo de acciones no solo se ayuda a los alumnos, ya que las familias también son grandes receptoras de estos beneficios puesto que, de este modo pueden seguir trabajando para reconstruir sus casas y además, parte de la ayuda económica recibida también ha ido destinada a estas familias.

Muchos de los alumnos no han podido superar el «trauma» del temblor y cuando se producen las réplicas que tienen una magnitud de 5,4 siguen «teniendo miedo».

El gasto escolar por alumno, según los cálculos que realiza este voluntario, ascenderían a 104 euros. «Unas zapatillas costarían cinco euros; los calcetines, 80 céntimos de euro; una mochila, ocho euros; los libros, 40 euros; una libreta, 15 céntimos; lápices y tinta, diez céntimos; un litro de agua, diez céntimos; o un kilo de arroz, 50 céntimos, que es lo que necesitaría un niño medio del colegio para poder pasar, al menos, un curso escolar.