Salud
Una familia de Castellón tiene «de forma natural» la «vacuna» contra el sida
Por las venas de una familia de Castellón corre la sangre que podría curar el sida. Los científicos siempre piden prudencia frente a los anuncios de avances en la investigación médica, pero el portavoz del equipo responsable de este descubrimiento no podía disimular ayer su entusiasmo. «La investigación tan esperada a nivel mundial nos la hemos encontrado sin esperarlo (...) Ya existe, porque la tienen estos pacientes de forma natural», celebraba el doctor Juan José Vílchez, que dirige el grupo de Investigación en Patología Neuromuscular y Ataxias del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Fe de Valencia.
El último capítulo de la lucha contra este enfermedad ocurrió de forma accidental hace seis meses. El equipo médico trataba de hallar el gen causal de la distrofia muscular de cinturas llamada LGMD1F de la que está afectado este clan castellonense, ya que es el único caso de estas características que se conoce en el mundo. Lo que no sospechaban es que descubrirían que una mutación de la proteína Transportina 3, presente en este gen, actúa como una vacuna natural contra el sida, ya que impide que el virus del VIH se reproduzca.
No tardaron en ponerse en contacto con el Centro de virología en sida de Majadahonda (Madrid) que, de inmediato, les solicitó muestras de sangre de los sujetos estudiados para hacer experimentos. «La sorpresa fue que en las células que se introdujo esta proteína, el virus del sida no se multiplicó».
El siguiente paso al sorprendente hallazgo fue poner en marcha un macroproyecto a fin de que la investigación no se estanque, sino que cuaje y se llegue a encontrar esta vacuna. «Hay muchas posibilidades de que ya la tengamos aquí», declaraba con evidente satisfacción Vílchez, quien aclaraba que podría servir tanto para prevenir el sida, como para aquellos que estén infectados del VIH o hayan desarrollado la enfermedad, pues impide que el virus se multiplique.
Los próximos años serán decisivos para poner fin a una enfermedad a causa de la cual fallecen cada año un millar de españoles, pero también para descubrir las causas de la distrofia muscular, origen de las pesquisas.
Porque los investigadores valencianos tienen una deuda moral con esta familia -35 miembros únicos en todo el mundo que presentan esta mutación genética. «A mis pacientes les digo que siempre se lamentaban de que nadie les iban a ayudar, y ahora son ellos los que van a ayudar a los enfermos de sida».
El reto es enorme, aseguran los investigadores. Es tiempo de prudencia. «La investigación está en fase inicial, ya que si se le aplicara a una persona con sida lo más probable es que le provocáramos una distrofia». Con todo, se trata de una noticia «de impacto mundial que abre unas expectativas muy importantes».
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