Barcelona
Una protección contra el sol siempre a mano
La crema solar es el complemento indispensable para cualquier día de verano. No falta en ningún equipaje, pero ¿la usamos correctamente? La empresa valenciana Bluemarionge Health ha desarrollado una pulsera que indica si estamos bien protegidos contra los riesgos que entraña una exposición solar. Se pone en la muñeca y recoge la radiación ultravioleta que está recibiendo la piel. «La verdadera innovación está en el compuesto químico de color amarillo que recorre la banda. Acumula tanto los rayos ultravioleta A como los B, que son los que inciden en el riesgo de cáncer de piel», explica la directora ejecutiva de Bluemarionge, María Pocoví.
Su uso es muy sencillo. La pulsera se pone cuando comienza la exposición al sol. Si se utiliza la crema, se embadurna también a la cinta. De esta manera, la pulsera está en la misma situación que la piel. Tiene tres puntos de color. El primero indica que está sin utilizar, el segundo, marrón, que hay que reponer la crema solar y el último, el de color muy rosa, que existe máximo riesgo de quemadura solar y por tanto, si se continúa bajo el sol se producirán quemaduras. La pulsera es de un solo uso.
Este proyecto tiene su origen en la Universidad de Glasgow, que es la que tiene la patente, pero es la empresa sueca Intellego Technologies, la que convierte la tecnología en un producto final, con la colaboración de la empresa valenciana Bluemarionge Health. Esta última además se encarga de llevar este producto al mercado español y América Latina.
Durante el desarrollo de estas cintas, comercializadas bajo el nombre, «Sun Indicator. Smartsun», se ha constatado que en general no se hace un buen uso de los protectores solares. «Falta formación. Muchas veces no somos conscientes de que estamos recibiendo sol», afirma Pocoví, y la pulsera ayuda a medir cómo reacciona la piel.
Intellego Technologies realizó un test clínico en Egipto con 30 personas nórdicas, de tres a 51 años. El estudio concluyó que los usuarios se aplicaron más crema por llevar la pulsera, al menos una vez más de lo habitual. La cinta les alertó de que así debían hacerlo.
La prueba comenzó con una pequeña charla sobre el modo de uso. Se probó tanto en la playa como en la montaña. En 28 de los 30 casos, la banda cambió de color y los usuarios se pusieron de una a dos aplicaciones más de crema de lo habitual. Lo más importante, nadie se quemó.
Pocoví incide en que las cremas protectoras se usan mal. En primer lugar, porque no se respetan las fechas de caducidad, lo que hace que pierdan el factor de protección. También es necesario elegir la crema adecuada en función del fototipo de piel. «Es cierto que es difícil saber cuándo es necesario reponer la crema solar porque depende, entre otros factores, del nivel de radiación del día». No obstante, en la mayoría de los casos solo se hace una aplicación. «La pulsera da una respuesta individualizada y consigue que tomes el sol de manera saludable».
Las pruebas toxicológicas y el resto de test estuvieron terminados hace escasos meses, de ahí que en esta campaña de verano, la comercialización todavía esté en la fase inicial. Con todo, Bluemarionge Health ha firmado ya un acuerdo con el grupo Boix de farmacias, formada por decena de boticas ubicadas en Barcelona, Madrid y en Valencia, la de esta última ubicada en la calle Xàtiva.
En cualquier caso, esta pyme trabaja pensando en el próximo verano. Ha abierto diferentes líneas de comercialización con un objetivo común, que el sol únicamente deje un favorecedor color bronceado en la piel.
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