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Valencia, el parto del PP

La Razón
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Faltan diez días, si finalmente se cumple el plazo, para que el PP haga saber el nombre su candidato a la Alcaldía de Valencia para las municipales de mayo. Para ello, mi amigo Rogelio se inclina por María José Català, aunque algunos no descartan a Fernando de Rosa y Luis Santamaría. Si es así, de nada habrán servido los rodeos dados en torno a este asunto.

Consumado el error de la Dirección nacional de intentar seducir a Manuel Broseta -nadie en Valencia apostaba por un «sí»- parece que Pablo Casado y su equipo comandado por Teodoro García se decidirán por quien aparecía como la persona con más posibilidades, junto a Esteban González Pons, quien ha batallado, con razón, para seguir en Europa donde tiene expectativas reales de ser el presidente del Grupo popular europeo. Palabras mayores.

Desconozco cuál será decisión final de Casado, aunque hoy por hoy pocos dudan de que girará sobre la figura de la exconsellera de Educación, con lo que se habrán plasmado dos axiomas: en el PP continúa imperando el «dedazo» y «para este viaje, no se necesitaban esas alforjas». Y no cito un tercero como el desconocimiento de nuestra ciudad. Sería preocupante que suceda así en el resto de España.

Algunos populares valencianos, probablemente muchos, piensan que se ha perdido un tiempo precioso en la elección del candidato. Y lo creían antes de conocerse el inesperado resultado de las elecciones andaluzas, resultado que ha certificado la arrolladora aparición de Vox. Aunque según se mire, hasta le puede venir bien al PP, siempre que se consume el anhelo que ya plasme en esta columna hace un par de meses: sacar un concejal más que Ciudadanos. ¡Cómo cambian las cosas! Así es la vida.