Educación concertada
Xarxa Llibres no soluciona el traspaso de libros entre concertados
Los colegios no participantes en el programa desconocen, a dos días de finalizar el plazo, cómo y dónde han de devolver los libros que tenían prestados
Apenas quedan dos días para que los colegios concertados no participantes en el programa Xarxa Llibres de este curso deban transferir los libros que tenían en préstamo y la situación todavía no está resuelta.
Desde Escuelas Católicas de la Comunidad Valenciana, Vicenta Rodríguez, su presidenta, informó ayer de que cada uno de los propios centros concertados que no siguen este año en Xarxa Llibres, han creado depósitos particulares. Mientras tanto, estos colegios siguen a la espera de que el Ayuntamiento de Valencia, la Conselleria de Educación, u otro centro de este carácter que continúe participando en la iniciativa este curso, pase a recogerlos o de una orden clara de cuál es el destino concreto de los ejemplares.
De momento, desde la federación tienen constancia de que todavía no se ha realizado ningún traspaso de material entre centros. Rodríguez justifica este inmovilismo a la condición «farragosa» del sistema, que todavía no cuenta con premisas claras para el futuro de los libros.
Asimismo, Escuelas Católicas informa de que, aunque en general no ha habido problemas en ningún colegio a nivel de necesidad o reclamaciones por parte de las familias, ante la incertidumbre del cómo y el cuándo llegarán los libros, algunos padres han decidido poner sus propias soluciones. Algunas familias que optaban a disponer de libros gratis aportados por Xarxa Llibres, han preferido comprar a sus hijos el material completo necesario para las clases, ante la ausencia de ejemplares desde el inicio de curso.
La presidenta de Escuelas Católicas aseguró que el día 30 de octubre se presentará el informe con todos los trámites realizados por los concertados para el proceso de traspaso de los libros, tal y como ordenó la Conselleria, pero en este solo se podrá reflejar la situación actual, en la que la actividad es escasa, dado el desconcierto que lleva a los centros a que no se aventuren a dar ningún paso más.
La situación se prolonga así ya casi dos semanas, desde que el conseller Marzà emitió la precipitada ordenanza, con un plazo de ejecución insuficiente y unas pautas en las que solo se especificaba los movimientos que se debía realizar con los libros -transferirlos a otros centros del mismo tipo en su municipio o devolverlos al Consistorio-, pero no quién debía recogerlos, ni a qué lugar había que trasportarlos.
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