Elecciones autonómicas
Arranca la maquinaria de la precampaña
Pasado el paréntesis de Semana Santa todos los partidos afrontan ahora cincuenta días de contra reloj hasta el 24-M
Tras el paréntesis de la Semana Santa y con el test de las elecciones andaluzas ya digerido, los partidos madrileños pondrán en marcha hoy su maquinaria para una «precampaña» que, con sus catorce días de campaña oficial, se prolongará durante las próximas siete semanas. Cincuenta días en los que tanto los partidos con representación en la Asamblea regional y en la mayoría de los plenos municipales como aquellos que optan por primera vez a incorporarse a la arena política madrileña deberán convencer a un electorado que, según las encuestas, propiciará un escenario sin mayorías absolutas.
A la casilla de salida, el Partido Socialista es el que llega con más deberes hechos. Sus cabezas de cartel en la Comunidad y el Ayuntamiento de la capital, Ángel Gabilondo y Antonio Miguel Carmona, ya han confeccionado sus listas –la médico Carmen Martínez Ten y la ex directora del Imserso Puri Causapié serán las segundas de ambas candidaturas–. El candidato de los socialistas al consistorio madrileño es el que más rodaje preelectoral lleva a sus espaldas y ayer, durante un encuentro con vecinos de Hortaleza, dio el pistoletazo de salida a lo que será una constante desde ahora al arremeter contra la que será su rival en mayo al cuestionar la lista que encabezará Esperanza Aguirre «porque se les ha ido casi todo el mundo», en referencia a los abandonos de Lucía Figar y Eva Durán y a la situación de Daniel Lacalle –el economista que la presidenta del PP de Madrid quiere incorporar a su equipo– y que, según Carmona, «no quiere» dar el paso de entrar en política. Al margen de las propuestas que ya ha ido desgranando –la creación de una oficina antifraude, la eliminación del 90% de los asesores o la centralización de la oferta cultural en un único portal web–, el estilo de Carmona, más proclive a entrar en el cuerpo a cuerpo con sus rivales, será probablemente muy distinto al de Gabilondo. El ex rector de la Autonóma sorprendió la pasada semana al asegurar que es posible que el PSM obtenga en las autonómicas un resultado aún peor que el de 2011, cuando estas siglas registraron su mínimo histórico. De momento no ha avanzado muchas recetas concretas –«no quiero hacer un programa electoral en directo», aseguró– pero sí ha sugerido su intención de repensar el sistema fiscal madrileño.
En el PP, el trabajo de las próximas semanas, además de en la campaña participativa en las calles para «recoger las propuestas de los madrileños», se centrará en la confección de las listas. El 18 es el día límite. Entonces deberá estar cerrada una tarea en la que Aguirre y Cifuentes dispondrán de autonomía para integrar a sus equipos aunque, según fuentes populares consultadas, se buscará un consenso a dos bandas, entre la dirección regional y la nacional y, siempre teniendo en cuenta que es esta última la que debe dar el «ok». Aguirre ya ha dado algunas pistas sobre quiénes la acompañarán. A la espera de que se concrete o no el fichaje estrella de Lacalle, la presidenta del PP de Madrid organizó durante la pasada semana dos tandas de audiencias de aspirantes a integrarse en su equipo en las que los periodistas les sometieron a examen. Entre los que se sometieron a estos «exámenes estaban tres de sus principales colaboradores en su carrera hacía la alcaldía: Iñigo Henríquez de Luna, director de campaña del PP de Madrid; Inmaculada Sanz, jefa de campaña de Aguirre, y Percival Manglano, responsable de la estrategia. Salvo sorpresa, los tres estarán en la lista final, del mismo modo que Fernando Martínez Vidal, Almudena Maíllo y Beatriz Elorriaga. Por su parte, Cifuentes –que ha propuesto dar utilidad social a las viviendas vacías y bajar los impuestos– podrá dar un impulso a su campaña una vez que abandone, se espera que en los próximos días, la Delegación del Gobierno. Del resto de formaciones destacan las expectativas al alza que, en estimación de voto, siguen despertando Ciudadanos y Podemos, así como las graves crisis que atraviesan Izquierda Unida y UPyD, amenazados ambos, a tenor de los sondeos, de quedar sin representación en ambos feudos. Con la designación de Raquel López en la Alcaldía, IU ha sido la última en definir sus candidatos. En UPyD, el temor pasa por que la crisis de liderazgo de Rosa Díez pase factura a dos candidatos que, a su vez, representan a las dos corrientes enfrentadas: mientras Ramón Marcos apoya a Díez, David Ortega cree que su líder «debe escuchar más».
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