Restringido
Bicis públicas a 18 km/h por 1 euro la hora
El Ayuntamiento rebaja la velocidad máxima de 25 a 18 km/ hora de su servicio de alquiler público de bicis eléctricas. Comenzará a funcionar a finales de este mes, pero LA RAZÓN ya lo ha probado
El Ayuntamiento rebaja la velocidad máxima de 25 a 18 km/ hora de su servicio de alquiler público de bicis eléctricas
Comenzará a funcionar a finales de este mes, pero LA RAZÓN ya lo ha probado
La aparición de las estaciones de BiciMad en las últimas semanas ha sorprendido a muchos madrileños. Por doquier había dudas sobre qué eran esa especie de bolardos que habían quitado dos o tres plazas de aparcamiento por toda la ciudad. La reacción cuando, para LA RAZÓN, llenaron de bicicletas una de las estaciones que ya cuentan con el «tótem» a través del que se podrá alquilar cada ciclo fue muy llamativa: en apenas una hora y media casi un centenar de personas se acercaron para preguntar y averiguar cómo es el nuevo sistema de alquiler de bicicletas de Madrid.
Aunque aún faltan algunas semanas para su inauguración, este periódico ha podido comprobar cómo será el servicio de alquiler y probar las nuevas bicicletas eléctricas que, sin duda, revolucionarán el transporte público de la capital. La respuesta a la duda que a todos asalta al observar la orografía de la ciudad, con cuestas muy empinadas, se responde en la primera pedalada: ningún problema. La asistencia eléctrica del vehículo –que puede ser baja, media o alta– impulsa a toda velocidad sin tener que forzar las piernas en cuanto se incorpora al tráfico.
De hecho, se ha modificado la bicicleta para limitar la velocidad a 18 kilómetros por hora, en lugar de a 25 km/h como estaba previsto. Al alcanzar esa velocidad, que va a suponer una gran diferencia a la hora de salir de un semáforo, la asistencia eléctrica se desconectará automáticamente. Ponerla en marcha es tan sencillo como apretar un botón y, si se olvida, al recoger la bicicleta la asistencia a nivel medio está conectada siempre. Además, quienes quieran hacer un poco más de esfuerzo para entonar los músculos cuentan también con un cambio de marchas convencional.
«Hace años las personas se extrañaban de ver a un directivo en traje acudir al trabajo en bici eléctrica, pero ahora cada vez es más habitual», afirma Miguel Vital, director general de Bonopark, empresa concesionaria de BiciMad. Es más, según asegura Joaquín Jiménez, técnico de la Subdirección General de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, el alquiler de bicicletas generará un «efecto llamada» que incrementará el número de ciclistas tanto usuarios del servicio como particulares.
«Nosotros tenemos la obligación de preparar la ciudad para la bici pública, tenemos que regular las normas de circulación y, tal y como se ha producido en Barcelona, el uso de la bicicleta se universaliza», explica, y considera que hay una franja de trayectos en los que la bicicleta es el transporte más competitivo. Jiménez se refiere a los itinerarios cortos, que en autobús serían de cuatro o cinco paradas y que en metro serían de una o dos.
Es más, el contrato de concesión del servicio de alquiler de bicicletas incluye la posibilidad de ampliarlo en cualquier momento, así que si los madrileños se entusiasman con BiciMad bastará una dotación presupuestaria para aumentar el número de estaciones distribuidas por la capital. «Podemos llegar hasta 5.000 bicicletas –ahora son 1.560– así que si en seis meses creemos que hay que ampliar, sólo habrá que asignar un presupuesto para ello», señala el técnico de Movilidad.
«El uso de la bici es algo cultural», considera, y por ello el consistorio ya ha lanzado una campaña de concienciación de los peatones, conductores y ciclistas para que se acostumbren a la coexistencia en las calzadas y a que no se puede circular en la acera yendo a pedales. Asimismo, antes de que se ponga en marcha BiciMad habrá una nueva campaña en la que explicarán cómo funciona el alquiler de bicicletas.
Habrá dos tipos de usuarios, los ocasionales y quienes tengan abono anual. Los primeros tendrán la posibilidad de pagar bonos de 1, 3 y 5 días, al estilo de los billetes de transporte público para turistas. En el «tótem», que cuenta con una pantalla táctil, habrá que introducir los datos de una tarjeta de crédito y la modalidad del bono ocasional (1, 3 o 5 días). Después recogerá una tarjeta y ya podrá coger una bicicleta, dejarla y volver a cogerla en todos los lugares que desee. Al final del tiempo, se cobrará en la tarjeta el número de trayectos realizados.
Los abonados anuales pagarán 15 o 25 euros al año –es más barato si se cuenta con abono transporte– a través de www.bicimad.es o el teléfono de atención municipal 010 y recibirán una tarjeta que recogerán en el «tótem» y con la que podrán coger las bicicletas que deseen en cualquier momento. El coste de los trayectos se cobrará del saldo que se recargue en los «tótem» y será más barato que para los abonos ocasionales. Para recoger las bicicletas bastará con pasar la tarjeta por el lector situado en cada uno de los anclajes y circular hasta la otra estación para aparcarla. En el «tótem» también se podrá avisar de las incidencias –ruedas pinchadas, etc.– para que vayan a sustituir la bici dañada cuanto antes. Un vehículo de asistencia recorrerá la ciudad para atender cualquier situación, redistribuir los vehículos según su demanda y evitar estaciones llenas o vacías.
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