Carabanchel

Butrón de un metro para dar un «palo» navideño en Carabanchel

Una perfumería del barrio, último objetivo del mercado negro de regalos

La propietaria de Aqualuna, en la calle Belzunegui número 26, se encontró con el agujero en la pared que daba a un cuarto de contadores
La propietaria de Aqualuna, en la calle Belzunegui número 26, se encontró con el agujero en la pared que daba a un cuarto de contadoreslarazon

No fue casualidad. Quedan dos días para Reyes y los perfumes están, en estas fechas más que nunca, muy cotizados. Más aún si son los auténticos pero a mitad de precio: vuelan en el mercado negro. A Elisabeth Andrade, propietaria de la perfumería Aqualuna, en Carabanchel, aún no le había dado tiempo ayer a contabilizar todo lo que falta del inventario de su establecimiento, pero los cacos que entraron en su local se llevaron gran cantidad de productos de alta perfumería.

La mujer, de origen ecuatoriano, se dio cuenta sobre las 9:30 horas de ayer: un generoso butrón, de casi un metro de diámetro, le dio la «bienvenida» en cuanto entró por la puerta, la número 26 de la calle Belzunegui. Al otro lado de la pared perforada, el punto de partida de los delincuentes: un cuarto de registro de cañerías de agua. La comisaría de Carabanchel se hizo cargo ayer de la investigación del robo, uno de tantos que «tradicionalmente» se producen estos días. Y es que, aunque este año, según la Delegación del Gobierno en Madrid, se están produciendo menos robos que otros años en vísperas de Reyes, los artículos de cosmética, prendas de marca, relojes y joyería, electrónica y juguetes siguen estando muy cotizados en el mercado negro.

Los «palos» a boutiques de la Milla de Oro, naves repletas de juguetes o camiones cargados de consolas u ordenadores portátiles han sido siempre un clásico durante los meses de noviembre, diciembre y la primera semana de enero. Los delincuentes especializados en la reventa de productos robados comienzan a «trabajar» en serio para la campaña de Navidad como un mes antes de las cenas familiares. Uno de sus productos estrella son jamones y embutidos ibéricos para revender. También conservas caras y productos «gourmet» en general. Pueden robarlo en supermercados con cajeras (o incluso miembros de seguridad) compinchadas, a camioneros cargados de estos productos (muchas veces también pactado para simular un atraco y luego ir a porcentaje) o en las naves de polígonos del extrarradio donde se almacenan.

La norma del producto robado casi siempre es la misma: todo al 50 por ciento y no se admiten devoluciones. Apenas tardan un par de días en desahacerse de los ibéricos, los que no son por encargo, vuelan con el boca-oreja por el barrio. Una de las zonas de la capital que más conoce este trapicheo es Villaverde, concretamente el barrio conocido como Las Torres. Es un auténtico supermercado de productos robados gestionado sólo por tres o cuatro familias. Los dueños durante muchos años han sido el clan de los Arriero Valcárcel, que se llegaron a mudar del barrio a Perales del Río porque ya eran demasiado conocidos por allí. El «jefe» durante muchos años ha sido «El Isma», quizás el mejor alunicero de la capital, detenido por última vez el pasado mes de febrero.

Y es que los productos robados que se obtienen de alunizajes y butrones tienen salida no muy lejos del lugar de los hechos. Sin embargo, los golpes policiales que han terminado con la detención de estas bandas de delincuentes han contribuido a que este año esté siendo más flojo en cuanto a robos navideños.