Operación Policial

Cae la banda del «amor» y la coca

La Razón
La RazónLa Razón

MADRID- Proporcionaban dos tipos de vicio en el mismo piso y muchos clientes mataban así dos pájaros de un tiro: prostitución y drogas simplemente llamando al 2ºD. El negocio estaba garantizado. La morada del «amor» y la cocaína estaba en el número cinco de una plaza que no hacía precisamente honor al trabajo de las meretrices, la plaza Beata María Ana de Jesús, en Legazpi (muy cerca de la colonia Pico del Pañuelo). Precisamente fue el nombre escogido por la Policía Judicial de Arganzuela para bautizar a la operación que concluyó hace unas semanas. Los agentes lograron desarticular un grupo criminal integrado por diez mujeres latinoamericanas en la «operación Beata». Las invetigaciones policiales estiman que podrían llegar a a traficar con unos quince gramos diarios. El modus operandi de las inquilinas no era muy discreto aunque, en cierto modo, tenían reservado el derecho de admisión a su morada y unas medidas de seguridad poco habituales en este tipo de negocios. Quienes se acercaban por allí debían llamar al telefonillo y, una vez que accedían al portal, tenían que pasar un segundo «ok» por parte de la organización. Las jóvenes habían instalado dentro del portal tres cámaras de videovigilancia para hacer una pequeña radiografía al cliente en potencia. Una vez que contaba con el visto bueno de la persona de la organización encargada de esta tarea, ya podía pasar dentro. Allí, el cliente podía consumir sexo o adquirir estupefacientes, principalmente cocaína. Pero las integrantes del grupo criminal, en aras de la buena salud del negocio, trataban de vender el paquete completo y ofrecían a los consumidores de sexo la posibilidad de adquirir un gramo (o medio) de cocaína y viceversa. Así, el que acudía en busca de estupefaciente al final acababa contratando a una prostituta porque solían hacer descuento si se disfrutaba de los dos servicios. La dificultad de la investigación policial, iniciada el pasado mes de mayo, se acrecentó cuando se solicitó al Registro de la Propiedad la titularidad de la vivienda y resultó que los dueños eran un matrimonio mayor que la tenía alquilada. Sin embargo, allí no figuraba ningún empadronamiento desde 2007. Tras comprobar los agentes que el piso era un punto de menudeo de cocaína, solicitaron el mandamiento judicial de entrada y registro del mismo. Las diez mujeres, de entre 28 y 49 años, quedaron detenidas en ese momento por un delito contra la salud pública. Dos de ellas contaban con antecedentes por infracción a la ley de extranjería. La Policía se dio cuenta de que cada una tenía una serie de funciones dentro de la estructura delictiva. Eran profesionales y lo único que les movía era el ánimo de lucro. En la vivienda, los agentes intervinieron once gramos de cocaína, 50 gramos de sustancia de corte, una bolsita de marihuana, 1.500 euros en efectivo, una balanza de precisión, 22 teléfonos móviles, tres portátiles, dos tabletas y documentos con anotaciones de venta y lo que les habían fiado de cocaína a cada cliente. Además, durante el periodo de investigación, se practicaron una decena de actas de intervención de cocaína a clientes. El Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid ya ha abierto diligencias previas.