Caen «El Negro» y sus165 kilos de cocaína pura

Giovanny llevaba tiempo siendo buscado por la Policía por ser uno de los mayores narcotraficantes de cocaína y la semana pasada, al fin, dio con sus huesos en la cárcel. El juez de guardia dictó prisión provisional para ocho de las nueve personas detenidas la semana pasada en el marco de la «operación Extintor», en la que la la Brigada de Policía Judicial de Madrid desmanteló una red de narcotráfico que operaba en toda España pero que tenía su base de operaciones en Madrid. El colombiano de 37 años Giovanny F. O. –apodado «El Negro» o «El Papa» y con antecedentes por tráfico de droga en Holanda– y Gloria Patricia C. S. eran los líderes de un grupo criminal formado por siete hombres y dos mujeres al que se le han intervenido 165 kilos de cocaína, 6.000 euros en efectivo y ocho vehículos, además de dos kilos de sustancias de corte.

La investigación comenzó el pasado mes de mayo a raíz de otra operación llevada a cabo contra el tráfico de droga que llevó a la vigilancia de un piso del distrito madrileño de San Blas que utilizaban dos hombres que contaban con antecedentes policiales y llevaban un alto nivel de vida a pesar de que no tenían un trabajo conocido. Los agentes comprobaron que traían «coca» desde Colombia por algún puerto de la costa valenciana, donde vivía una de las personas investigadas. Tras adulterar la droga, almacenaban el estupefaciente en un zulo cerrado con una puerta de cemento en un domicilio de Móstoles (en el chalé 40 de la calle Sagitario encontraron 27 kilos) y en Vicálvaro (en un cuarto piso de Gran Vía del Este, 15), donde había nada menos que 138 kilos repartidos en 15 paquetes, según la Jefatura Superior de Madrid. También se practicaron registros en un domicilio de Vicálvaro (en total hubo siete registros), donde se hallaron sustancias para el corte, según la Jefatura Superior de Madrid. La Policía detuvo en febrero pasado a dos de los miembros del grupo cuando trasladaban a Zaragoza 250 gramos de cocaína escondidos en el salpicadero del coche. La droga estaba empaquetada en bolsas de plástico de las que se utilizan para guardar discos compactos y se camuflaban con trozos de radiografías para evitar su detección en los escáneres de los puertos.