Transporte

Carmena acelera

La alcaldesa ha diseñado para 2017 un Plan de Calidad del Aire que contempla el cierre de todo el centro a los no residentes, limitar a 30 la velocidad urbana y reducir carriles de 30 calles principales de la ciudad.

La alcaldesa dio un paseo ayer por la Gran Vía
La alcaldesa dio un paseo ayer por la Gran Víalarazon

La alcaldesa ha diseñado para 2017 un Plan de Calidad del Aire que contempla el cierre de todo el centro a los no residentes, limitar a 30 la velocidad urbana y reducir carriles de 30 calles principales de la ciudad.

La Gran Vía cortada, la velocidad en la M-30 reducida, la prohibición de aparcar a los no residentes e incluso la de circular a la mitad de los vehículos. Manuela Carmena ha iniciado esta Navidad su cruzada contra la contaminación y no va a parar en 2017. La alcaldesa realizó ayer un balance positivo del «cerrojazo» al centro y felicitó incluso a los madrileños por su actitud: «Tenemos una sociedad fantástica que ha sabido muy bien entender lo importante que es actuar todos juntos cuando lo que queremos es conseguir algo para la ciudad. El aire es de todos y de nadie y por eso un comportamiento tan importante defendiendo lo que es de todos, nuestro enorme patrimonio, nuestro cielo de Madrid y aire, me parece bien».

Sin reparar en las quejas de comerciantes y de innumerables madrileños que incluso han montado campañas como la que ha publicado LA RAZÓN de familiares de personas con diversidad funcional que ayer le recordaron a la alcaldesa que para ellos el coche «no es ocio, es necesidad», Carmena no sólo no se va a frenar sino que en 2017 tiene previsto pisar el acelerador. Su equipo de Gobierno quiere aprobar a principios del año que comienza mañana el nuevo Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático, del que ya disponen un borrador. En primer lugar, el Ayuntamiento de Ahora Madrid quiere cerrar todo el centro a los no residentes, convirtiéndolo en Área de Prioridad Residencial (APR) como las que ya hay en Ópera, Cortes, Embajadores y Las Letras. La «gran APR de centro» está prevista para 2018 y supondría la multa segura (se controla a través de cámaras) de 90 euros a todo aquel que no sea residente y entre en sus calles.

Hasta ahora, el consistorio dudaba si dejar la Gran Vía como calle de paso o meterla dentro de la APR. El «experimento» de las navidades va a servir para que los de Carmena se decidan y, dado que, según la alcaldesa, el resultado está siendo «positivo», ella misma ha asegurado que su objetivo es peatonalizarla por completo o cerrarla para todo aquel que no acredite que vive en el centro. De hecho, el Gobierno municipal ya se ha reservado algo más de 3,3 millones de euros para «ampliar las aceras» de una de las calles más emblemáticas y de las más transitadas.

En su declarada meta de aumentar el espacio a los peatones, las zonas verdes y, sobre todo, sacar los coches de la ciudad, declarados «no gratos» por Ahora Madrid, Carmena quiere reducir el espacio dedicado al automóvil de hasta 30 calles de la ciudad, entre las que están Serrano, Velázquez, Príncipe de Vergara, Arturo Soria o Castellana. Con el objetivo de «priorizar la movilidad peatonal», el borrador del plan que el Ayuntamiento quiere empezar a poner en marcha el año que viene recoge reducir la velocidad dentro de la ciudad a 30 km/h y dentro de la M-30 y en las principales vías de acceso a la ciudad a 70 km/h, una disminución que ya ha ensayado estos días de alta contaminación.

Extender Bicimad –recientemente municipalizado– y ampliar la red ciclista así como las plataformas reservadas a autobuses son otras de las medidas que ofrecerá Carmena a los conductores para que dejen sus coches en casa. Desde mañana, el consistorio ya ha aprobado que subirá la tasa del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) a los vehículos más contaminantes y se extenderá la regulación por parquímetros para los no residentes a los barrio de fuera de la M-30 siempre que los residentes lo pidan.